Falta poco tiempo para que se terminen los Controles Absolutos de Pista Cubierta en Cataluña, y tras mi debut en los 1500 metros en pista cubierta hace un mes, no podía dejar escapar la oportunidad de probarme nuevamente en esta distancia de mediofondo y ver si el entrenamiento estaba dando sus frutos.
Si lees el artículo comprenderás que mi nivel es completamente popular y que competir en esta distancia para mi se convierte en una muestra de superación personal. De ninguna manera pretendo clasificarme para los Campeonatos de Cataluña de Pista Cubierta, pero si que quiero seguir mejorando mi humilde marca.
La semana previa a los 1500 metros en la pista cubierta de Sabadell
Desde el 17 de diciembre no competía en prueba alguna, en esa fecha corrí por primera vez 1500 metros en pista cubierta y tras acabar dicha prueba me centré en seguir entrenando para volver a correr en ésta.
Durante la última semana y media los rodajes eran de 40 minutos, y las series largas ya no lo eran tanto. El entrenador bajó el volumen de éstas a costa de añadirles intensidad para llegar con la mejor forma posible. La semana de la prueba tan solo corrí 35 kilómetros.
El martes de esa semana tocaron 3×600 a 1:50 la serie, y el jueves fueron 2×2000 a 4 minutos cada mil, el resto de la semana la pasé rodando 40 minutos a un ritmo de 4:30. La idea era llegar con las piernas descansadas pero sin perder la intensidad de los ejercicios, por esa razón esta última semana los ejercicios de fuerza fueron inexistentes.
Crónica del segundo asalto a los 1500 metros en pista cubierta
El domingo 21 de enero era la 6ª Jornada de los Controles de Pista Cubierta en Cataluña y una de sus pruebas era el 1500. Tras las sensaciones encontradas de mi debut en esta prueba (4:59.77) decidí volverme a enfrentar a ella y no dejar que los nervios me jugaran una mala pasada.
Los 1500 metros se corrían a las 19:20 y habían un total de 5 series, por lo que al final me tocó correr cerca de las 20:00. Ya contaba con que se retrasaría, así que lo único que podía hacer es calentar junto a los otros corredores hasta que hicieran la llamada de la serie.
Para mi sorpresa, los nervios los tenía más controlados que la primera vez que competí en 1500 metros en pista cubierta y eso era algo que jugaba a mi favor, ya que no me traicionarían en los momentos menos oportunos.
Con una velocidad de vértigo hicieron el llamado de mi serie y rápidamente fuimos a la cámara de llamada. Era la antesala de la prueba y en poco tiempo todo habría terminado. Cuando subimos a pista acababan de salir los de la serie anterior, y pude comprobar como desde fuera parece todo mucho más fácil que cuando al que le toca correr es a uno mismo.
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Finalizada ya la serie, los corredores nos preparamos en la línea de salida y tras el disparo todos salimos buscando la mejor posición en el grupo. Logré ponerme en la octava posición nada más salir y a los 300 metros conseguí pasar al corredor que tenía enfrente.
Delante mío tenía un grupo de 3 corredores, en el que estaba mi entrenador, y peleé por unirme a ellos. Aunque en las primeras vueltas parecía posible, a partir del 800 notaba como a cada vuelta se escapan un poco más. Sin importarme el dolor de piernas que sentía en ese momento, apreté los dientes e intenté avanzar mantenido mi mejor postura para no perder segundos.
En las últimas 2 vueltas, metido de lleno en el umbral anaeróbico, conseguí mantener el ritmo y la posición para terminar con un tiempo de 4:53.77, un poco más de 6 segundos más rápido que en mi anterior prueba.
Debo reconocer que las sensaciones fueron mejores que en la primera prueba de 1500 metros en pista cubierta. La salida fue limpia y rápida y pude mantener el ritmo deseado durante la carrera, así que no tengo ningún motivo para quejarme y lo único que puedo decir es que espero seguir mejorando en esto.