El hecho de que todos los atletas de élite presenten pesos por debajo de la media del resto de corredores no es una simple coincidencia. Nadie puede poner en duda como influye el peso en la carrera. Un mayor peso corporal provoca que el cuerpo gaste más energía para desplazarse en una determinada distancia, aumenta los impactos que reciben las articulaciones y disminuye la velocidad del corredor.
Esto puede que no te sorprenda, ¿pero cuanta velocidad ganas por cada kilo que pierdes?
Como influye el peso en la carrera
Perder un kilo de grasa no es lo mismo que perderlo de músculo, de igual manera perder un kilo en el torso no equivale a perder un kilo en las extremidades inferior en cuanto a velocidad se refiere.
En el primer caso, si se pierde grasa y la perdida muscular no existe o es mínima, es lógico que el resultado se traduzca en un mejor rendimiento, ya que la fuerza muscular se mantiene y tiene que «cargar» con un kilo menos.
En el segundo caso, el peso se nota más en las extremidades inferiores (en el caso de correr) que en el centro del cuerpo. Por lo que perder 1 kilo de grasa en los gemelos, por ejemplo, será más beneficioso que hacerlo en el tronco.
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Esto, no obstante no es lo que sucede en la vida real, ya que la pérdida de grasa se da de manera general en todo nuestro cuerpo. ¿Pero como influye el peso en la carrera? ¿Hay algún tipo de guía?
En término generales, se afirma que una reducción de un 1% de peso se traduce en una mejora de la velocidad en un 1%. Ojala fuera todo tan sencillo…
Es muy difícil calcular cuanta velocidad se gana por kilómetro si se reduce el peso, ya que si se pierde peso, seguramente es porque la forma física aumenta. De la misma manera es muy difícil separar que influencia ha tenido el entrenamiento y que influencia ha tenido la pérdida de peso en el aumento del rendimiento.
Lo que si está claro es que una reducción de peso progresiva va a permitir deshacerse de la grasa acumulada y mantener el músculo sin pérdidas graves y por ello siempre mejorará el rendimiento.
El problema surge cuando muchos corredores relacionan la delgadez extrema con la velocidad. Si se superan ciertos límites, lo que se considera beneficioso es contraproducente e incluso peligroso para el cuerpo.