Consejos para saber si correr rápido o lento

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Correr rápido para mejores resultados o más lento para ir cumpliendo los objetivos de forma progresiva. Esa es la cuestión interna de muchos runners, tanto principiantes como más experimentados que realizan dicha actividad por placer, pero también para evidenciar ciertos beneficios como quemar grasas, bajar de peso y poner a prueba su resistencia. Te mostramos cómo saber cuándo hacerlo más rápido o lento y más.

Así como una frase dice “cantidad no implica calidad”, en el running, como así también en múltiples actividades deportivas, sucede lo mismo. Así, el gran desafío radica en tener en claro cuándo conviene correr a un determinado ritmo o velocidad y cuándo a otra.

7 consejos para saber si te conviene correr rápido o lento

La experiencia te irá respondiendo o dejando más clara la cuestión. Sin embargo, mientras tanto puedes aumentar o disminuir el ritmo o velocidad de running según todo lo siguiente:

Escucha a tu cuerpo

El primer consejo para saber cuándo correr rápido o lento es escuchar a tu cuerpo, lo cual implica prestar atención a cómo te sientes durante la carrera, cómo están tus pulsaciones, cómo respiras y cómo responde tu cuerpo al esfuerzo.

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Ten en cuenta también si te sientes agotado o te falta el aire, parámetro clave para determinar tu verdadero estado y condiciones para continuar. Si estás cómodo y puedes mantener una conversación, entonces es probable que estés corriendo a un ritmo adecuado.

Usa la respiración como guía

¿Cuántas veces oíste hablar sobre la importancia de la respiración al correr? Se trata de una buena guía para saber cuándo correr rápido y cuándo lento. Si te sientes sin aliento, es porque lo estás haciendo apresurado. En cambio, si puedes respirar profundamente y controlarla, significa ritmo adecuado e ideal para mantener e incluso intensificar.

Usa un monitor de frecuencia cardíaca

Es una herramienta útil para controlar la intensidad de tu entrenamiento. Si estás corriendo por encima de tu zona objetivo, es porque vas. Por otra parte, si estás por debajo de tu zona objetivo, debes (o al menos te conviene) aumentar el ritmo.

Utiliza la conversación

Una buena forma de saber si estás corriendo rápido o lento es intentar mantener una conversación mientras corres. Si no puedes hablar sin jadear, es porque estás haciéndolo muy rápido, pero, si careces de inconveniente, significa velocidad adecuada o, al menos, la que mejor se adapta a tus capacidades.

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Ten en cuenta la distancia

Nunca es igual un trayecto corto de 2km que uno más extenso de 10, 12 o 15. La cuestión subjetiva de rápido o lento depende, justamente, de este factor y no tanto de tu nivel de entrenamiento o habilidad. Lo importante es que, según la cantidad de kilómetros o metros, mantengas una constancia.

Utiliza la técnica de carrera

La técnica de carrera también puede ayudarte a determinar el ritmo adecuado. ¿Por qué? Porque si es adecuada o compatible con tu nivel de entrenamiento, entonces estás realizando la actividad de forma correcta.

Ten en cuenta el terreno

El terreno en el que estás corriendo también es importante para determinar el ritmo adecuado. Al igual que la distancia, se trata de un factor esencial, ya que de ninguna manera es igual o puedes mantener los mismos parámetros en una recta de asfalto que en una subida de arena o un terreno irregular como la montaña.

Considera la temperatura y la humedad

Puedes correr rápido o lento, sí, pero en un día fresco y de clima agradable lo tolerarás mucho mejor que en una jornada de 40 grados y mucha humedad. Es otra de las razones que explica por qué el ritmo debe variar. Y, sin lugar a dudas, el clima desempeña siempre un rol protagónico.

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Sigue estos consejos y parámetros y sabrás con exactitud si efectivamente corres rápido o lento.