¿Cuáles son las diferencias entre hombres y mujeres al correr?

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Seguramente te habrás preguntado alguna vez acerca de las diferencias entre hombres y mujeres al correr. Cuando se habla de disimilitudes entre hombres y mujeres a la hora de correr, no es una cuestión de igualdad de género, sino de aspectos físicos e incluso psicológicos.

Sin embargo, es cierto que la incorporación de la mujer a la carrera es un hecho relativamente reciente. En 1928, en las Olimpiadas de Ámsterdam, la distancia máxima que podían realizar las atletas eran 200 metros, ya que se consideraba que no eran aptas para realizar carreras más largas. Fue en 1984 cuando la mujer pudo por primera vez correr un maratón en unos juegos olímpicos, poniendo de manifiesto sus cualidades para la práctica de este deporte.

Hoy en día, además de la enorme presencia de mujeres atletas en la élite deportiva, la mujer también tiene un papel notorio en la carrera popular. Pero aún así existen diferencias entre hombres y mujeres al correr.

Más allá de las razones políticas, sociales y culturales que han mantenido a la mujer alejada de la carrera durante años o que han provocado su incorporación tardía con respecto al hombre en la práctica de este deporte, no se puede negar la existencia de diferencias anatómicas, fisiológicas e incluso psicológicas entre ambos sexos relacionadas con la carrera. Hablar de diferencias entre hombres y mujeres al correr no nada malo.

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¿Sabes las diferencias entre hombres y mujeres al correr?

En primer lugar, nuestra anatomía. Una vez que los niños entran en la pubertad, los cuerpos comienzan a diferenciarse cada vez más desarrollando distintas capacidades.

Son numerosos los estudios que se han llevado a cabo para demostrar estas diferencias anatómicas entre hombres y mujeres. Uno de ellos se basó en comparar el salto a un grupo de niños y niñas antes y después de la pubertad, con lo que se encontraron cambios significativos, como en el control neuromuscular del salto y la fuerza de las rodillas.

Otro aspecto fundamental tiene que ver con las hormonas. La proporción en la que se producen las hormonas en hombres y mujeres es distinta, por lo que se genera una diferencia en la composición corporal.

La producción superior de andrógenos (responsables de la creación de masa muscular), principalmente testosterona y androstendiona, en hombres, hace que ante el mismo trabajo de fuerza el hombre consiga más masa muscular que la mujer, quien a su vez acumula más grasa. Esto no quiere decir que la mujer no pueda llegar a tener la misma fuerza, sino que debe trabajar en mayor medida la masa muscular.

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Desigualdades a nivel fisiológico. Los andrógenos y estrógenos son responsables de las disimilitudes entre sexos en cuanto a nivel respiratorio y cardiopulmonar.

Las mujeres cuentan con un gasto cardíaco menor que los hombres, esto se debe a que el corazón de una mujer es más pequeño que el de un hombre, y como consecuencia, el volumen de sangre que se bombea en cada latido también es menor.

Por otro lado, los hombres disponen de más hemoglobina que las mujeres, aproximadamente un 6% más, por este motivo, durante la carrera los hombres pueden transportar mayor cantidad de oxígeno a los músculos.

Además los pulmones de los hombres son más grandes, lo que también genera una facilidad, ya que son capaces de tomar más oxígeno cuando respiran y obtener mayor volumen de aire.

Corredores y corredoras también presentan diferencias biomecánicas.

En primer lugar, las extremidades. Las mujeres cuentan con unas extremidades inferiores proporcionalmente más cortas, con lo cual, la zancada también lo es y se necesita mayor esfuerzo para correr. Aunque esto también supone un centro de gravedad más bajo, lo que a veces puede convertirse en una ventaja.

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La pelvis también marca la diferencia. La de las mujeres es más ancha ya que está preparada para el embarazo y el parto. Una mezcla de factores hace que la mujer tenga que trabajar más, con respecto al hombre, la fuerza en los abductores de la cadera para evitar dolores de rodilla y el síndrome de la cintilla iliotibial. Además, los músculos de las mujeres son mucho más flexibles que los de los hombres, debido a las diferencias hormonales y anatómicas.

El pecho femenino influye. Un pecho voluminoso y mal sujeto interfiere en la manera de correr, ya que una mala sujeción puede hacer que el pecho tire hacia abajo, el torso se encorve y como consecuencia sea más difícil inspirar.

Por último, hablar de diferencias entre hombres y mujeres al correr, implica abordar las disimilitudes psicológicas también. La mujer cuenta con una mayor capacidad de sufrimiento y un umbral de dolor más alto. Esta cualidad es especialmente útil en distancias largas. Igualmente, la capacidad de organización le beneficia a la hora de crear una estrategia de carrera, lo que puede marcar la diferencia en competición. En cambio, el hombre habitualmente es más individual y suele tomar decisiones más rápidas.