Lo tengo que confesar: cuando corro tengo el ego por las nubes. Igual que me pasa a mi, el ego del corredor está presente en una cantidad nada despreciable de corredores populares, y no hay nada malo en reconocerlo. No se si has pensado alguna vez en cómo te sientes al terminar un entrenamiento de calidad que ha salido perfecto o en terminar una competición con una marca increíble para ti, pero si lo piensas en frío es el ego del corredor lo que sientes en ese momento.
Estarás diciendo que es imposible, que no eres un corredor egoista y que no te crees mejor que nadie. En ningún momento estoy escribiendo esto, pero estoy seguro de que de la misma forma que a mi se me hincha el ego cuando corro a ti también te pasa y es lo más normal del mundo.
El ego del corredor esta presente en mi
Es increíble las sensaciones que tengo cuando estoy entrenando para una prueba determinada y se acerca el día señalado. Cada entreno me sale mejor que el anterior y acabo con la motivación por las nubes.
Después de cada entrenamiento llego a casa con una sonrisa pensando «lo he hecho muy bien», «seguro que voy sobrado para hacer la marca que quiero». Cada día que pasa mi nivel de confianza aumenta hasta límites exagerados. Esto es el ego del corredor, sentirme en cada entrenamiento que lo estoy haciendo bien y que el día que compita voy a conseguir lo que me he planteado sin lugar a dudas porque tengo confianza en mi y en mi entrenamiento.
[Tweet «¿Tienes el ego del corredor?»]
Una cosa curiosa que me pasa antes de cada carrera es que siento una mezcla de miedo y nerviosismo en la línea de salida (¡ni que me jugara algo!), pero cuando llego a la línea de meta la situación es completamente diferente. A medida que van pasando los kilómetros mi confianza sube rápidamente hasta llegar al punto en que pienso «ya está, lo tengo» y estoy seguro de lo que voy a conseguir.
El ego del corredor no es más que ese nivel de confianza en uno mismo que visto desde fuera puede parecer que sea prepotente, pero ni mucho menos. Tener ego en este deporte es confiar en uno mismo, tener la autoestima alta y estar seguro de que vas a conseguir lo que quieres.
Bajo mi punto de vista es mejor esta postura que estar pensando que el reto que te has planteado es difícil de alcanzar, pues si piensas así es mejor que ni lo empieces.