Expectativas vs. realidad de tu próxima carrera de running

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Te has preparado muy duro para tu próxima carrera de running. Detrás tuyo quedan largos meses de entrenamiento, donde has sufrido como nunca imaginaste. Ahora toca enfrentarte a tu objetivo con la moral por las nubes y tus expectativas altas, demasiado altas.

Seguro que lo que vas a leer lo sufres carrera tras carrera.

Expectativas y realidad de tu próxima carrera de running

Tu ritmo y la posición en la carrera

Durante los entrenamientos te has imaginado corriendo a ritmos altos y posicionándote en la cabeza de carrera, o al menos en la parte superior de esta. Que bonito y emocionante es pelear contra tu rival más directo y batirle con un cambio de ritmo en los últimos metros. Esta expectativa la hemos tenido todos en algún momento de la vida.

La realidad es que difícilmente cruzarás la meta en primera posición, salvo que seas un corredor o corredora de un nivel alto. Con la tremenda masificación de las carreras populares las marcas entre runners son muy similares, por lo que quedar en la parte alta de la clasificación es muy complicado. Lo que te queda es intentar mejorar poco a poco tus marcas y superarte día tras día.

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Tu mejor técnica y tu mejor zancada

Te has estudiado la zancada de Bekele cuando corría en pista y la de Eliud Kipchoge en su último maratón, y planeas imitarla en la medida de lo posible.

Desde dentro notas como alargas la zancada un par de metros y te impulsas hacia adelante a gran velocidad. Tienes una técnica impoluta y no puedes esperar a ver las fotos para sentirte orgulloso de tu postura corriendo.

Desde la barrera la cosa es bien distinta y aunque te notes que braceas con fuerza y alargas la zancada, lo cierto es que tu técnica es de todo menos perfecta. Pasos irregulares, movimientos raros con los brazos, impulso hacia arriba en vez de hacia adelante… Esos son los fallos que cometes continuamente y que, no solo te estropean la foto, también te perjudican en tu marca final.

Cambio de ritmo en la última parte de la carrera

¿Cómo no vas a terminar el último kilómetro de tu próxima carrera de running con un brillante sprint? Tu motivación previa a la competición te dice que es posible que en el último kilómetro tengas la suficiente energía para cambiar de ritmo y despegar el dorsal a tus competidores. Esto también lo has visto en muchas competiciones de atletas profesionales y, por lo tanto, tu lo tienes que emular.

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Lo que te sucederá es que llegarás con fatiga, con poco aire y con muy poca energía. El causante de ello es que te has esforzado más de lo debido o que quizás corriste más rápido los primeros kilómetros. Esto ya no importa, cuando intentes cambiar de ritmo, en el mejor de los casos tu cabeza no te hará caso, y si lo hace, te parecerá que estás corriendo por debajo de 3 minutos el kilómetro, cuando lo cierto es que vas al mismo ritmo pero con una cara de sufrimiento exagerado y moviéndote no sabes muy bien como. Si tienes suerte cruzarás la meta con un poco de dignidad, pero en el peor de los caso nada más cruzar la meta te tirarás al suelo a quejarte del sufrimiento de los últimos metros que has corrido.