Si hay algo que tememos los corredores es lesionarnos, para nosotros es una jarra de agua fría que viene siempre en el peor momento. La gente cercana te dice que te recuperarás pronto, que estires, que te habías machacado mucho y que en breves estarás corriendo de nuevo. Estas palabras, aún con la buena intención presente, no reflejan la realidad. Aquí esta lo que nadie te dice cuando te lesionas.
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Lo que nadie te dice cuando te lesionas
Lo que nadie te dice cuando te lesionas es que tienes un camino más o menos largo por delante en el que no solo lo pasarás mal físicamente, sino que tu ánimo se puede resentir.
Tampoco oirás a nadie decirte que tendrás días malos, días en los que no veas avances e incluso el dolor sea mayor. Esos días sentirás frustración y pensarás que siempre estarás lesionado.
No te dirán que verás a diario a otros corredores por las calles o subiendo sus carreras por las redes sociales y sentirás envidia de su situación. Un nudo se hará en tu barriga al no poder compartir esos momentos.
De igual manera recordarás, cuando se acerquen las fechas señaladas, los mejores momentos que pasaste corriendo. Recordarás esas series que te hacían sentir tan fuerte. Esas tiradas largas que te hacían creer que el maratón seria fácil. Recordarás ese día que rompiste la barrera psicológica de los 40…
Lo que nadie te dice cuando te lesionas es que verás como tu forma física empeora a un ritmo vertiginoso y comenzarás a pensar que nunca volverás a correr a tu ritmo anterior. Y no lo harás, al menos al principio y hasta que vuelvas a tu nivel.
Al salir de la lesión
Cuando con el paso de los meses te hayas recuperado de la lesión, mirarás atrás y verás que aunque el camino haya sido duro has conseguido terminarlo de la misma manera que te planteaste otras metas. Volverás poco a poco a tu entrenamiento, igualando y mejorando tus registros, porque aparte de una lesión también has sumado una experiencia más de la que aprender.
Lo que nadie te dice cuando te lesionas es que será difícil, pero lo conseguirás.
