Aunque carece de gran repercusión y hasta suele pasar inadvertido, no todas las personas pisan igual mientras corren. Y es un detalle que influye notablemente en el impacto de los pasos en la columna y cuerpo. Por ello cómo pisar correctamente al correr consta de un importante debate.
Concretamente, hay quienes apoyan más el talón, mientras que otros concentran la mayor parte de su peso en la zona media. También influyen el tamaño del pie, si este es, o no, plano, la altura y el peso.
¿Cómo pisar correctamente al correr o cuál es la mejor recomendación?
La respuesta a este interrogante es muy concreta: no existe un método o estrategia 100% eficaz debido a los factores físicos y características descritas. Asimismo, la experiencia es más que importante; no es igual utilizar el talón para trotar ni bien te inicias en el running que cuando posees una trayectoria de cinco años.
No obstante, la mayoría de los expertos –por ejemplo, el entrenador nivel I International Association of Athletics Federations, Carlos Warnke, coincide en que hay que caer intentando evitar el impacto con el talón.
¿Por qué esto último? Pues, por dos razones: por un lado, el talón es completamente duro, por lo que el impacto es siempre mucho mayor y, por ende, perjudicial, mientras que la parte central de la planta del pie permite amortizar.
A su vez, esta última se halla en el centro de la gravedad corporal, además de posibilitar los movimientos lineales y en dirección a la carrera.
¿Cómo acostumbrarte a la pisada adecuada al correr?
Para empezar, pisar correctamente al correr implica mucho más que saber simplemente cómo apoyarte y de qué modo; es decir, debes incorporarla y acostumbrarte a la misma con el fin de aplicarla en cada uno de tus pasos.
Así, si deseas pisar correctamente al correr en todo momento y percibir beneficios (o, al menos, evitar consecuencias a mediano plazo) tienes que seguir los siguientes consejos:
- Fortalecer no sólo el pie, sino toda la zona de la pierna, incluyendo tibial anterior y posterior, extensores y flexores, peroné y sóleo, entre otros.
- Corregir y establecer la postura correcta del tronco, piernas y brazos.
- Realizar una evaluación detallada tanto del tipo de pie como de la pisada para poder determinar si esta última resulta, o no, adecuada. Si es necesario, hazlo con un especialista.
- Utilizar siempre el mejor calzado para correr.
- Estirar tanto antes como después de entrenar para fortalecer las articulaciones y la flexibilidad.
- Mantener la cabeza erguida y vista al frente durante la actividad física.
El estado físico, clave en las pisadas y sus consecuencias
Imagina que estás corriendo desde hace varios minutos y que, como no sientes cansancio, pisas correctamente. Bueno, ahora piensa también en qué sucede cuando te encuentras exhausto, agitado y con ganas de que el fin del recorrido llegue lo antes posible.
La actitud, la voluntad y el estado físico influyen considerablemente en tus movimientos y modos de pisar. ¿Por qué? Pues, se trata de dar pasos de forma práctica y natural en lugar de apurado y mal.
A su vez, si tu estado físico no es el mejor tienes mayores probabilidades de lesionarte o realizar esfuerzos excesivos que ocasionen desgarros o distensiones. Además, tu espalda tiende a desplazarse hacia adelante en vez de permanecer erguida, lo que deviene, justamente, en pisadas incorrectas con todas las consecuencias descritas ya sea leves o graves.
Como evidenciarás, pisar correctamente al correr es mucho más que lo que el término indica. También va más allá de conocer cuál es la mejor pisada para ti ya que debes implementarla, aplicarla cada vez que entrenas y acostumbrarte a la misma para que se concrete de manera natural.