El proceso de recuperación de una lesión es largo y duro, necesitamos esforzarnos día a día para salir de ese pozo. Lesionarse es algo que todo el mundo sufrirá, por desgracia, al menos una vez en su vida. Cuando la lesión se alarga durante meses lo más importante no es cuándo volverás a correr sino de que manera lo harás. Evitar las recaídas tras una lesión deportiva es nuestro objetivo principal una vez reanudemos los entrenamientos, ya que un paso en falso puede echar por los suelos todo el camino recorrido.
¿Cómo evitar las recaídas tras una lesión deportiva?
No hay ninguna fórmula exacta para evitar recaídas tras una lesión. La recaída dependerá de muchos factores que a veces no podemos controlar, por esta razón debemos ser conscientes de que podemos hacer para que esta recaída nunca suceda.
Antes de volver a entrenar con fuerza debemos plantearnos sinceramente lo siguiente: ¿Estamos realmente preparados después de X meses de lesión para entrenar de la misma manera?
Si la respuesta es «NO» es un buen comienzo para evitar la recaída.
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Es algo fácil, que podamos entrenar de nuevo no significa que estemos curados. Por lo tanto es importante seguir algunos pasos:
Fortalecimiento de la musculatura
Si después de largos meses con la lesión no hemos podido hacer ejercicios de fuerza es algo obvio que no vamos a poder correr de nuevo. El trabajo de fuerza es parte de la rehabilitación de una lesión y es fundamental para evitar recaídas tras esta. Lo ideal, si la lesión lo permite, es incluirlo lo antes posible en la recuperación.
Si padecemos de tendinitis rotuliana, por ejemplo, es importante fortalecer los cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y los músculos de la pantorrilla. Hay que recordar que unos músculos fuertes protegen a la rodilla de los impactos.
Obviamente nunca tiene que doler el ejercicio de fuerza y siempre tiene que estar indicado por vuestro fisioterapeuta o médico.
Tener mucha paciencia
Esto es algo que aprenderemos con el tiempo. Tener paciencia es un paso para evitar recaídas tras una lesión, si no tenemos paciencia lo más seguro es que salgamos a entrenar antes de lo debido estropeando todo el trabajo bien hecho.
Cuesta tener paciencia cuando ves que la lesión es más larga de lo que esperabas, pero llega un punto que este tema deja de preocuparte y firmarías por poder correr 1 kilómetro en 10 minutos sin ningún tipo de dolor.
Vuelta al entreno de manera progresiva
Hay que interiorizar que si nos dicen que podemos volver a entrenar no significa entrenar una semana tranquila y la otra estar haciendo series. Hay que recordar que aún se está lesionado y que ya estamos en la recta final, no importa esperar un mes más para volver a correr en plenas condiciones.
Lo ideal es evitar el asfalto y comenzar a correr 5 o 10 minutos sin tener en cuenta el ritmo de carrera. Lo importante es volver a correr sin dolor, no correr rápido.
Este punto es el más delicado, ya que a medida que notamos que no nos duele aumentamos la intensidad de los entrenamientos, esto es un gran error.
Si notamos que después de un entrenamiento aumenta el dolor en la zona tenemos que reposar, por muchas ganas que tengamos de entrenar, de otra manera entraremos en un circulo de lesiones del que nunca saldremos.
No cometer los mismos errores
Las lesiones ocurren por algo, una descompensación muscular, una técnica de carrera deficiente o pasarse con el volumen e intensidad de los entrenamientos suelen ser las causas más comunes.
Si solo tratamos la lesión y no actuamos sobre la causa tarde o temprano sufriremos una recaída.
Correr es más que poner un pie delante de otro. Si sufrimos una lesión por una técnica de carrera deficiente y al recuperarnos no hacemos esfuerzos para mejorarla no será raro volver a sufrir la misma lesión.
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