El tibial posterior cumple una función muchas veces olvidada en los corredores: el control de la pronación. Cuando el hay un tibial posterior debil, está pronación se acentúa, debido a que no tiene la suficiente fuerza para sostener la pisada una vez apoya el pie en el suelo, y se recibe más impacto en la parte interna del pie.
Es común confundir una tendinitis del tibial posterior con la temida fascitis plantar. Diferenciarla de esta te va a permitir reducir el tiempo de recuperación al llevar a cabo el tratamiento adecuado.
El tibial posterior en carrera
El tibial posterior tiene su origen en la parte superior de la tibia y el peroné y se inserta en el hueso escafoide, en el calcáneo, en las 3 cuñas del pie y en la base de los metatarsianos. Por ello tiene un papel importante en la movilidad del pie y se inflama si no se cuida.
En carrera el tibial posterior cumple la función de impulso junto a toda la musculatura del gemelo. En cambio en el momento del impacto su función es evitar que el tobillo se tuerza hacia adentro y el pie se hunda en la misma dirección, es decir controla la pronación.
[Tweet «Evita tener el tibial posterior débil con estos ejercicios»]
Cuando hay un tibial posterior débil la marcha se ve afectada, tanto en el impulso como a la hora de contactar contra el suelo, provocando una falta de estabilidad en el pié y trasladando ese desequilibrio al resto del cuerpo.
Un tibial posterior débil no puede controlar la pronación del pie,esta se acentúa y se provoca una situación de tensión en el mismo.
¿Un tibial posterior débil o una fascitis plantar?
A veces un dolor en la planta del pie no es sinónimo de fascitis plantar, hay diferentes lesiones que pueden causar dolor en esa zona, como por ejemplo una tendinitis del tibial posterior.
La mejor manera de diferenciar una lesión de otra es mediante una resonancia magnética, pero como no siempre es posible tu fisio te puede ayudar.
Una característica que presenta la tendinitis del tibial posterior respecto a la fascitis plantar es que en el primer caso se suele notar un dolor en todo el borde interior del pie y sobretodo en el tobillo.
Cómo puedes ver en la foto, pegado al tobillo pasa la vaina que recubre al tendón del tibial posterior y cuando esta se inflama la zona se resiente y puedes notar al tacto la vaina inflamada. Si aprietas un poco en la zona dolorida verás que ese dolor te baja hacia la planta del pie.
¿Como evitar tener un tibial posterior debil?
La mejor manera siempre pasa por la prevención por medio del fortalecimiento de la musculatura implicada en la zona.
Los ejercicios sobre terreno irregular o los trabajos con bosu son adecuados debido a que «obligan» al tibial posterior y a los músculos del pie a trabajar de manera específica para evitar caer al suelo.
En el vídeo siguiente puedes ver unos ejercicios que te ayudarán a fortalecer un tibial posterior débil.