El maratón se ha convertido en los últimos años en un reto para un gran número de corredores. No deja de ser, no obstante, una carrera más en la vida de un corredor. Puede variar la preparación en volumen o intensidad respecto a otras distancias, pero no por ello es más o menos fácil que estas. El valor de un maratón no lo hace la distancia en si, ni tampoco el entrenamiento previo. Lo que realmente le aporta valor a un maratón es lo que el corredor está dispuesto a sacrificar.
¿Que valor tiene para ti el maratón?
El valor de un maratón no es algo universal y depende mucho del punto de vista de cada corredor. Esta subjetividad provoca que cada uno etiquete el maratón como algo diferente y completamente difícil de explicar.
Hay corredores que se lanzan a correr un maratón como un reto personal, en otros casos es la misma evolución del corredor la que lo pone en la línea de salida. Para algunos, las promesas hechas en los peores momentos condicionan el salto a la distancia.
Diversos caminos pueden llevar a un corredor plantarse frente a los 42,195 metros, pero todos esos caminos se cruzan en un punto: el sacrificio.
Todos han sacrificado algo por un sueño
Da igual si ese sacrificio se llama horas de sueño, vida social, noches, estrés… Lo que importa es que este sacrificio da valor a un sueño.
Las horas de sueño perdidas son el precio que se paga por conseguir llegar a la línea de salida, y se paga porque el valor de un maratón está por encima de ello.
Esto es para mi el valor de un maratón
Para mi, el valor de un maratón lo puedo cuantificar y medir en una balanza. ¿Cuanto he perdido y he ganado por querer participar en esta carrera?
He perdido horas de sueño, noches de fiesta y vida social.
He conseguido sentirme fuerte, creer en el sacrificio y sobretodo sentirme satisfecho por el reto que he conseguido.
Para mi, tienen más peso las sensaciones que he vivido que las situaciones que he perdido.
¿Que valor tiene para ti el maratón?