Se habla del sacrificio que hay detrás de las estratosféricas marcas de Usain Bolt, de la increíble mezcla de velocidad y resistencia de los maratonianos de los JJOO o de cómo ha tenido que sufrir Carolina Marín para ser reconocida cómo una de las mejores deportistas españolas. ¿Pero que hay de aquellos que suman a ese sacrificio alguna barrera más?¿Donde deja la sociedad a los atletas paralímpicos que tanto pelean?
Di capacitado antes que discapacitado
En estas fechas, ya son historia los Juegos Olímpicos de Río. El mundo a vibrado con una competición dónde se han roto récords y se han encumbrado a los favoritos en sus disciplinas.
Por desgracia, los Juegos Paralímpicos no son tan interesantes. Y si eres sincero, quizás no te parece tan necesario perder tiempo para ver correr 100 metros en 12:31 segundos (Ihor Tsvietov, categoria T35: paralisis cerebral) que para ver competir a Usain Bolt, Justlin Gatlin o Andre De Grasse y disfrutar cómo el primero arrasa con sus rivales.
El deporte en genera requiere de grandes sacrificios para conseguir llegar a lo más alto.
Se premia ser el mejor en todo: el más rápido, el más resistente, el más fuerte y, porqué no decirlo, el más mediático.
Cuándo se habla de los atletas paralímpicos no se dice de ellos que sean los más rápidos, los más fuertes ni los más mediáticos, suele ser todo lo contrario.
La sociedad suele mostrar una mezcla de lástima y compasión por estos atletas. Algunos se arriesgan a decir que son discapacitados, a pesar que en su día a día demuestran que su capacidad supera a la de aquellos que teóricamente no lo son.







Los atletas paralímpicos: un espejo dónde mirarse
Quiero que pienses por un momento lo siguiente: ¿cómo te sentirías si hoy cambia tu vida de tal manera que hasta lo más sencillo se convierte en un desafío? Si hoy perdieras la vista, ¿mañana saldrías a correr?
Seguramente se te caería el mundo encima, te lamentarías por tu situación y poco a poco te hundirías en un pozo del cuál te sería difícil salir.
Los atletas paralímpicos pelean con estas dificultades día tras día y salen adelante.
Para mi, los atletas paralímpicos son un ejemplo a seguir. Es en ellos dónde se encuentra el verdadero espíritu del deporte: el superarse a diario.
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Ellos están condicionados por su diversidad funcional (que no discapacidad), que les dificulta algunas acciones sencillas que el resto de la sociedad hacemos sin problemas. Pero a cambio de ello, esa misma diversidad funcional les ha permitido crecer fuertes, con afán de superación y una capacidad de adaptación excepcional.
Se han tenido que enfrentar a una serie de barreras, tanto arquitectónicas cómo sociales, entre estas últimas destaca los posición de la sociedad respecto a ellos.
La sociedad piensa que sintiendo pena por ellos les está haciendo algún favor. Lo que esta no sabe es que son los altetas paralimpicos los que nos hacen un favor a todos: nos demuestran que todo es posible si te esfuerzas para lograrlo.
Un último apunte
Pensar que los atletas paralímpicos son discapacitados no es lo correcto. El término adecuado es diversidad funcional.
No olvides que el deporte se puede vivir de diferentes maneras y que tanto atletas olímpicos, paralímpicos o simples atletas amateurs son unos campeones por luchar a diario con las dificultades que presenta la vida.
En el siguiente vídeo puedes ver la victoria de Ihor en los 100 metros: