El running es una de las actividades deportivas más populares, ya que es barata, fácil de practicar y no requiere ningún equipamiento especial. Sin embargo, el running también tiene un impacto negativo en el medio ambiente. Los estudios muestran que el running provoca la destrucción de la vegetación, la erosión del suelo y la contaminación del aire y del agua.
Así afecta al medioambiente el running
La erosión del suelo es uno de los principales problemas ambientales causados por el running. Esto se debe a que los corredores pisan con fuerza sobre superficies blandas, como senderos naturales o hierba seca, lo que provoca su deterioro progresivo. Esta erosión del suelo también afecta las áreas circundantes al eliminar nutrientes del suelo y exponer a los organismos vivos al polvo y al calor excesivo.
Además, el running también contribuye a la destrucción de la vegetación al arrancar plantas silvestres o reducir el crecimiento de hierbas y árboles cercanos. Esto no sólo destruye el hábitat para muchos organismos vivos sino que también reduce la absorción de carbono por parte de las plantas, lo que contribuye al cambio climático global. Además, los corredores pueden transportar semillas sin quererlo desde un lugar a otro causando así la propagación incontrolada de especies invasoras que pueden competir con otras plantas nativas por recursos limitados como luz solar o agua.
Por último, el running también contribuye a la contaminación atmosférica debido al uso excesivo de combustibles fósiles para moverse por grandes distancias con el objetivo de competir en carreras populares. Se ha demostrado en estudios recientes que esta contaminación atmosférica contribuye significativamente al cambio climático global incrementando los gases invernadero en nuestra atmósfera e incrementando así los riesgos para nuestro planeta y para toda forma de vida sobre él (Kimmel et al., 2019).
En definitiva, si bien el running puede ser un deporte saludable e inclusivo para todos aquellos interesados en practicarlo, hay que ser conscientes del impacto negativo que tiene sobre nuestro medio ambiente si no se practica con responsabilidad. Por ello es importante educarse sobre prácticas sostenibles y respetar los recursos naturales existentes para minimizar las consecuencias negativas del mismo sobre nuestro entorno natural.