Te fuiste Aureli, pero siempre correrás con nosotros

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La vida es como una carrera, con cambios de ritmos bruscos, momentos de bajón y un final. Este fin es esperado a medida que el reloj de arena se vacía, pero en ocasiones el reloj se rompe, la caída de la arena se acelera y la carrera termina antes de lo planificado. Se corta de golpe y deja una pregunta que te atormenta: ¿Por qué ha pasado esto?

No tengo la respuesta para ello. Puedo echarle la culpa al destino, a la mala suerte o a ese milisegundo que hizo que tu carrera terminara cuando aún no había sonado la campana que avisaba que te enfrentabas a la última vuelta.

Pero lo cierto es que la respuesta no tiene ninguna importancia, es un intento de explicar lo inexplicable, de tratar de comprender que tus clavos no arañarán más el tartán, de reflexionar que sentirán tus rivales cuando ya no escuchen tu respiración ni tengan el miedo de verse sobrepasados por ti en los últimos 200 metros. Pero lo más difícil será asimilar que los entrenamientos no serán iguales sin que marques ritmos de infarto en las series con una sonrisa en la cara.

A tus espaldas dejas logros como el oro en el 1.500 del Campeonato de España de Aire Libre M55 o la victoria en el Campeonato de España Master de Milla, por nombrar algunos de los campeonatos más recientes.

Dejaste una marca en el atletismo que con el paso de los años se convertirá en una cicatriz, imborrable ante el paso del tiempo.

Igual de imborrable será tu huella en mi y en el resto del grupo de entrenamiento, no solo por el increíble atleta que eras, también por la gran persona que estaba detrás. Y para darme cuenta de ello me bastó poco tiempo, el necesario para ver que la calidad era algo que forma parte de ti, en la faceta deportiva pero también humana.

Se me hace difícil creer que en el próximo entrenamiento con el grupo habrá una pesa menos, una colchoneta que sobra y una calle libre. Más duro será no volverte a escuchar bromear durante los entrentamientos.

Una de las muchas cosas para sentirse orgulloso de tu persona era la capacidad que tenías de no rendirte nunca, de no existir en tu diccionario la palabra derrota, por eso mismo nosotros tampoco lo haremos.

Te fuiste Aureli, tan rápido como corrías, pero en cada zancada estarás presente, y ten por seguro que siempre correrás con nosotros.