Las cintas de correr curvas sin motor son uno de los mejores inventos para aquellos corredores que no pueden salir a correr en el exterior, pero quieren mantener las mismas sensaciones que si lo hicieran.
Aunque lo más popular son las cintas de correr que incorporan motor, estas tienen algunos inconvenientes, como que no trabajas igual que corriendo por la calle.
Las cintas de correr curvas sin motor son utilizada por los altetas profesionales. Esto ya es una señal de que este tipo de cintas aportan grandes beneficios.
¿Cómo funciona una cinta de correr curva sin motor?
Una cinta de correr curva sin motor funciona de una manera muy sencilla: con la propia fuerza de la persona que corre.
Este tipo de cintas no necesitan de ningún motor que las impulse. Están construidas con unas láminas curvas que traccionan a medida que vas corriendo.
Esto significa que nos encontramos con una cinta de correr minimalista, en el que lo más innovador es el display que te muestra las calorías, el tiempo o la distancia recorrida. Eso sí, es una buena inversión si quieres simular de la manera más real el entrenamiento en el exterior.
¿Qué ventajas tienen las cintas de correr curvas sin motor?
Son sencillas de utilizar
Las cintas de correr que no tienen motor son muy fáciles de utilizar. No necesitarás regular nada ni configurar el entrenamiento, simplemente con dar la primera zancada será suficiente para comenzar con el entrenamiento.
No te tendrás que preocupar de ir aumentando la velocidad, ya que dependiendo de la fuerza de tus piernas correrás más o menos lento sin necesidad de apretar ningún botón.
Sin límite de velocidad
Podrás correr todo lo rápido que aguanten tus piernas, por lo que son ideales para los enetrenamientos de series o de cambios de ritmo, en los que tú fijas el ritmo máximo.
No te distraerás, como pasa con las cintas de correr con motor, para regular la velocidad.
El entrenamiento será más natural
En las cintas de correr convencionales el movimiento no es completamente igual al de correr en el exterior, ya que tanto los isquiotibiales como los gemelos y sóleos no trabajan de una manera naturales.
Lo que pasa es que las cintas de correr con motor te ayudan a correr, ya que el tapiz se mueve y tú dejas de impulsar hacia adelante. Realmente en una cinta de correr con motor lo que haces es más bien saltar.
Con una cinta curva sin motor pasa exactamente lo contrario: es como si corrieras en el exterior. Al accionar con tu propia fuerza la cinta es necesario que impulses fuerte hacia adelante para que esta se mueva. El mayor beneficio de esto es que aprenderás a correr bien al entrenar en una cinta sin motor.
Bajo mantenimiento y cero consumo eléctrico
Otra de las ventajas de las cintas de correr sin motor es que apenas necesitan mantenimiento. Al no tener motor y estar compuesto por láminas que no se rozan entre ellas el mantenimiento es muy escaso, señal de que tiene una larga vida útil.
Por otro lado, no consumen electricidad, por lo que ahorrarás en la factura y ayudaras al medioambiente.
¿Qué desventajas tienen las cintas de correr sin motor?
No todo son ventajas con este tipo de cintas de correr.
Las opiniones sobre cintas de correr curvas sin motor son variadas, pero sobretodo es el peso y el precio lo peor valorado.
Este tipo de cintas de correr puede superar tranquilamente los 200 kg de peso, pues son muy robustas y resistentes. La parte negativa es que una vez montadas es complicado moverla a otro lugar.
El otro inconveniente es su precio elevado. El modelo más sencillo de cinta de correr curva sin motor supera los 3.000 euros, pero puedes encontrar los modelos más profesionales por más de 10.000 euros.