Los esguinces son torceduras o distensiones de una articulación que pueden estar acompañadas de rupturas de un ligamento o incluso de las fibras musculares. Se trata también de un estiramiento del tejido fibroso cuya función es conectar los huesos con las articulaciones.
Así, con el esguince sucede un fenómeno que parece contradictorio: por un lado, existen varios tipos, pero, por otro, no sucede tan frecuentemente como los desgarros y otras lesiones.
¿Cuáles son los esguinces más habituales?
Primero que nada, una de las características principales de los esguinces radica en que no debes ser un runner o deportista para padecerlos. Y es importante aclararlo ya que, cuando una persona oye o lee sobre una lesión muscular o ligamentaria, es muy probable que piense “se lesionó corriendo o compitiendo”.
Así, existen al menos cuatro esguinces muy frecuentes en la actualidad:
Esguince de tobillo
Se produce cuando el tobillo gira repentinamente, con gran parte del peso del cuerpo apoyado sobre el mismo, y se flexiona de manera no natural. Es, de alguna manera, peor que realizar un movimiento forzado o inadecuado.
La consecuencia de este esguince radica en que se estiran e incluso desgarran (cuando es más grave, claro) las bandas de tejido que permiten mantener la unión de los huesos del tobillo. Sentirás dolor y limitación al moverte, pero por lo general se cura por completo haciendo reposo.
De muñeca
Suele ocurrir cuando te caes de forma involuntaria. Al dirigirte hacia el piso, el cual es duro e inconscientemente sabes te lastimarás, entonces pones la mano adelante para apoyarte. Esto último lo haces mal, ya que terminas con todo el peso sobre una parte frágil, y eso es justamente lo que produce la lesión.
Los síntomas del esguince de muñeca son dolor, sensibilidad total, aparición de moretones en algunos casos y, lo más importante, evidencia de grandes limitaciones. Aunque es una parte o zona pequeña, duele mucho y se la necesita para realizar todo tipo de movimientos y acciones.
De todos modos, los analgésicos y mantener quieta y comprimida la muñeca con, por ejemplo, un pañuelo, resolverá el inconveniente en aproximadamente dos o tres semanas.
De rodilla
Sucede muy frecuentemente en deportes de contacto como el fútbol y basquet y también en atletismo y otras disciplinas vinculadas con running. En estas últimas se debe a la exigencia que se ejerce de forma permanente sobre la zona de la rodilla, la cual se flexiona y se sobrecarga con todo el peso del cuerpo.
Los síntomas principales de este esguince son dolor, aparición de hematomas en casos complejos y una movilidad muy reducida. Recuerda que, a diferencia de otras partes, mantener quietas las rodillas implica casi por defecto no poder caminar.
El reposo es el mejor remedio para recuperarte de un esguince de rodilla. Claro está que no resultará sencillo para ti debido a la cantidad de actividades y acciones que deberás suspender.
De pulgar
Los esguinces tienen lugar también en los dedos, y el pulgar es el que cuenta con las mayores probabilidades de ser la víctima. ¿Por qué? Porque es (por su ubicación) el más proclive a estirarse y recibir más presión sobre la articulación.
A diferencia de la rodilla, que es muy habitual en runners, el esguince del pulgar sucede más bien en actividades de la vida cotidiana como, por ejemplo, trasladar algo pesado. En cualquier caso, debes inmovilizar unas dos o tres semanas dicho dedo y se curará por completo.
Los esguinces son mucho más leves que una rotura de ligamentos. Sin embargo, evitarlos es clave para no perjudicar otras partes y, claro está, para no interrumpir tus actividades cotidianas. No te autoexijas para dar más de lo que realmente puedes y no realices movimientos inadecuados.