La IAAF ha hecho un pronunciamiento claro y firme contra el dopaje: las marcas de atletismo sospechosas de dopaje desaparecerán. Borrar las marcas anteriores a 2005 permitirá que el atletismo se limpie de tramposos que han ensuciado sin escrúpulos este deporte.
Hay grandes marcas de atletismo sospechosas de dopaje que no han sido batidas en muchas décadas, y eso es una mala señal, así como otras que han sido batidas en circunstancias cuanto menos extrañas.
Marcas de atletismo sospechosas de dopaje
En esta categoría hay marcas muy sonadas como la conseguida por Marita Koch en 1985 en la prueba de 400 metros (47.60) o la de la checoslovaca Jarmila Kratochvilova en 1983 en los 800 metros (1:53.28).
No es raro que la procedencia de estas dos atletas fuera de la RDA o de los antiguos países satélites de la URSS, donde el dopaje era sistemático y la manera que tenían estos atletas de conseguir sus récords.
El caso de Marita Koch resulta muy interesante debido a que además de tener el récord del mundo de 400 metros femenino, ostenta la gran mayoría de las primeras marcas en esa distancia. En segundo lugar aparece la otra presunta gran tramposa, Jarmila Kratochvilova.
Sobre las otras marcas conseguidas en los 80 también recae la sombra de la duda.
Hay que avanzar 30 años, hasta el año 2015 para encontrar a una atleta de la actualidad con una marca discreta comparada con la de Marita Koch. Esta atleta es Allyson Fenix con un tiempo de 49.17, ¡casi 1 segundo y medio por encima de la marca de la alemana!
Algo parecido sucede con la marca de Jarmila Kratochvilova, en este caso hay que bajar a la tercera mejor marca del mundo en 800 metros para encontrar a una keniana, Pamela Jelimo, con una marca similar a la checoslovaca (1:54.01).
Jarmila Kratochvilova no solo tiene el récord mundial de 800 metros, sino que está en su poder el récord del mundo más longevo, ya que lleva 35 años imbatido.
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La controversia con esta atleta gira en torno a su explosión tardía (30 años) y su físico hipermusculado.
Hoy en día es demasiado tarde para discernir si las marcas de atletismo sospechosas de dopaje lo fueron de verdad, pero la duda sobrevuela especialmente estos 2 casos. La decisión de la IAAF, pese a ser lógica, terminaría con muchos récords del mundo conseguidos de forma limpia.