Las lesiones al correr son duras, es una de las situaciones más complicadas que como corredor vivirás. Cuando te lesionas no tardan en venir las justificaciones y el intentar echar balones fuera, pero si has caído lesionado es que el cuerpo te ha mandando mensajes pero tu no has querido escuchar. Y es esto lo único que importa y que deberias saber.
Lesiones al correr: lo que ocurre cuando no escuchas a tu cuerpo
En el último entrenamiento de series el entrenador tenía preparado uno de esos entrenamientos rápidos, de series por debajo de los 400 metros. Yo había pasado una semana un poco rara, en la que me notaba cansado y no dormía bien.
De hecho, el rodaje de 40 minutos del día anterior se me hizo duro, el más duro que creo recordar. No era un problema mental sino que simplemente el cuerpo no me tiraba.
Yo no lo sabía pero esa era una señal que me mandaba mi cuerpo de que descansara o me exponía a sufrir una lesión al correr.
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El dia siguiente, el del entrenamiento de series, me levanté con toda la musculatura adolorida (¡segunda señal!), especialmente los glúteos e isquios y de manera más general toda la zona que envuelve la cadera.
Al llegar el entrenamiento el rodaje lo aguanté a la perfección pero en la primera recta con clavos un latigazo recorrió la parte posterior de mi pierna derecha. Mi primer pensamiento fue: la he liado, me he lesionado al correr.
Rápidamente Xavi modificó el entrenamiento previsto por 4 series de 800 metros sobre 2:55 cada una para no forzar. La primera serie la hice sin molestias pero después de la segunda serie decidí retirarme por precaución.
No me habian atacado las lesiones al correr pero el cuerpo no me paraba de mandar mensajes que no podia pasar por alto. Parar fue la mejor manera de que el susto no fuera a más.
Por suerte y tras una visita a la consulta de Xavi lo que pensaba que había sido una lesión corriendo fue una gran sobrecarga. La solución fue terminar toda la semana con rodajes de 20 minutos.
¿En qué te tienes que fijar para evitar lesiones al correr?
- Dolor persistente: en pocas ocasiones una lesión aparece sin dar ningún dolor previo. Vigila las molestias que no acaban de desaparecer del todo, pueden ser la antesala de una lesión.
- Cansancio: los días anteriores al susto me notaba muy cansado, tanto que un rodaje de 40 minutos a 4:50 se me hacía extremadamente largo. Una señal inequivoca de sobreesfuerzo es no poder correr como lo hacías semanas anteriores.
- No descansas por las noches: dormir es parte del entrenamiento, y si encadenas malas noches sin dormir lo suficiente tu cuerpo no se recuperará del daño. En mi caso la falta de sueño fue una variable más en la ecuación.
Si notas estas 3 señales lo mejor que puedes hacer es bajar el pistón durante una semana y si es necesario hacerle una visita a tu fisio de confianza para que lo ponga todo en su sitio.