El running y la alimentación mantienen un vínculo muy estrecho ya que el éxito de uno no se percibe sin realizar correctamente el otro. En este sentido, ¿Cuántas veces has oído o pensado “para qué correr mucho si después en este evento voy a alimentarme mal?”.
Concretamente, piensa en esto: si corres y luego comes mucho en pocos minutos es cierto que, de alguna manera, vas a conseguir un retroceso y a echar a perder los beneficios del running. Sin embargo, por otro lado es mejor compensar y que sea como si nunca hubieses hecho ambas que solamente correr y engordar.
¿Qué tener en cuenta al comer mucho y mal tras haber practicado running?
La realidad muestra que es muy frecuente ver a miles de personas corriendo los fines de semana. Se trata de los días y momentos en que, a su vez, más se celebran cumpleaños, fiestas de casamiento y otros eventos especiales que, como tales, alientan a comer más y peor.
Sabiendo que correr, por ejemplo, 5 kilómetros será insuficiente para todo lo que ingerirás unas horas más tarde, debes considerar hacer lo siguiente:
- Ve a correr no sólo ese día, sino también los anteriores. ¿Para qué? Para contrarrestar lo máximo posible las consecuencias de ingerir alimentos dulces y azucarados luego de un almuerzo o cena tan abundante
- Además de aumentar tu frecuencia e intensidad de actividad física en los últimos días, cuida más que nunca tu alimentación. Aunque el cambio será drástico, con el transcurso de los días evidenciarás los beneficios
- Dentro de ciertos límites, cuida la alimentación lo máximo posible pese a que te encuentres en una ocasión especial
¿Qué otras cuestiones influyen en el running y en la mala alimentación?
A pesar de todo lo descrito hasta el momento, la cuestión va más allá de cuánto corres vs cuánto comes y qué. ¿Qué significa esto? Concretamente, que en ambas hay que analizar no sólo la cantidad, sino también la calidad y el impacto. Recuerda que puedes correr 5 kilómetros muy intensos o 9, pero lento y de manera ineficiente.
Así, con la alimentación sucede exactamente lo mismo. Olvida por unos segundos de “dos platos de patatas fritas, una hamburguesa grande y dos porciones de torta con dulce de leche”. ¿Por qué? Porque igual o hasta más importante puede ser, por ejemplo, el tiempo transcurrido desde que comenzaste hasta que terminaste de ingerir todo.
En este sentido, el líquido desempeña un rol esencial; si todo ello lo comiste al mismo tiempo que bebiste 1.5 litros de agua será mucho mejor que si lo hiciste con un litro de coca cola o gaseosa. Recuerda que la rapidez con la que comes y cómo digieres es siempre clave.
Si primero como para luego correr mucho, ¿Es similar o cambia?
Esencialmente es similar, aunque hay una clara diferencia: al ya haber comido, tienes la posibilidad de analizar cuánto correr y con qué intensidad para compensar.
Aquí hay algo muy interesante para abordar: si de bajar de peso lo más rápido posible se trata, lo ideal no es que corras mucho en pocos días, sino que vuelvas a alimentarte de forma sana y que regreses progresivamente a la normalidad. Porque repentinamente –y te lo asegura cualquier especialista- no sirve.
A lo largo de estas líneas hablamos de “eventos especiales que te llevan a comer más”. Sin embargo, se trata más bien de sucesos que tienen lugar casi todas las semanas cuando llegan el sábado y domingo e incluso un viernes o lunes festivo. Sigue los tips que te facilitamos y obtendrás muy buenos resultados.