Aquellos que llevan ya un largo tiempo corriendo saben que es en el día a día dónde se trabaja para conseguir los objetivos fijados. Estos objetivos no tienen porqué ser algo inalcanzable, el simple hecho de mejorar poco a poco el rendimiento es un premio en si mismo. Detrás de esto, hay muchas horas de duro trabajo y sacrificio. Pero también hay una planificación correcta, variar el entrenamiento de manera habitual es una herramienta eficaz para evitar que el cuerpo se acomode y salga de su zona de confort.
El corredor que no quería variar el entrenamiento
Hay un corredor que se siente cómodo con los rodajes de una hora por el río cercano a su casa, le gusta la tranquilidad de rodar a un ritmo relajado por un terreno llano. Le gusta correr 60 kilómetros a la semana repartidos en 5 días.
También le gusta saber que el siguiente entrenamiento será el mismo, que no sufrirá más de lo debido y que sus pulsaciones no se dispararan durante el rodaje.
->Aquí tienes una guía sobre las pulsaciones durante el entrenamiento<-
Al mismo tiempo, ese corredor se frustra al no poder bajar de 40′ en los 10 kilómetros durante una competición, se enfada al ver que un corredor que lleva menos tiempo que él corriendo para el cronómetro en 37 minutos.
No entiende cómo después de 5 años corriendo no consigue mejorar. Lo achaca a los pocos kilómetros que hace a la semana, y con este razonamiento añade 20 kilómetros más.
Al aumentar los kilómetros se nota más fatigado, pero sigue con su proyecto de añadir más kilómetros en la semana. Tarde o tempranos sucede lo que se esperaba: una lesión lo deja fuera de combate durante meses.
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Mientras él se lamenta de su lesión, el chico de los 37 minutos ha bajado a 36:30.
Este chico, mientras el otro corredor se hartaba a aumentar kilómetros, organizaba su semana incluyendo un día series largas y otro series cortas, un rodaje a ritmo ligero y un rodaje corto a ritmo alto. Corrían los mismos días y los mismos kilómetros, pero la manera de entrenar marcaba la diferencia.
Su recorrido incluía desniveles, los días de series cortas las pulsaciones se disparaban durante el entrenamiento y las series largas lo dejaban fatigado. A pesar de ello el rodaje a ritmo ligero le servía para recuperarse del cansancio.
La importancia de variar el entrenamiento
Este corredor lesionado puedo ser yo, puedes ser tú o algún conocido. Alguien que ha creído que se corre más rápido si entrena grandes cantidades de kilómetros.
Variar el entrenamiento es el punto clave que va a marcar el recorrido cómo corredor. Es importante que nunca entrenes de la misma manera.
Si te limitas a rodar y rodar siempre al mismo ritmo, el cuerpo nunca alcanzará a mostrarte todo su potencial.
Hay muchas manera de variar el entrenamiento ya sea mediante la inclusión de series de manera semanal, cambios de ritmo, cuestas o rodajes a ritmo rápido.