Nos preparamos de manera precisa la temporada, marcando nuestros objetivos principales en ella y dejando las otras competiciones como pruebas que marcaran nuestro rendimiento en este objetivo que tanto deseamos. Pero por desgracia, en un entrenamiento de calidad apretamos más de la cuenta y notamos que algo no va bien, quizás ya estábamos tocados de tanto esfuerzo o un mal gesto ha desencadenado el dolor. Dentro nuestro sabemos lo que pasa, pero no lo queremos reconocer. Seguimos corriendo y correr lesionado no es otra cosa que hacer las cosas mal y alargar de manera inútil una recuperación que no tendría porqué ser tan larga como lo será.
La estupidez de correr lesionado
Hay que reconocerlo, es de ser estúpido correr lesionado. Yo lo he sido una vez y nunca más lo seré.
Correr lesionado es la mejor manera de dejar apartadas las zapatillas tanto tiempo que cuando las volvamos a calzar habrán salido tres modelos más nuevos de las mismas.
[Tweet «El gran desastre de continuar corriendo lesionado»]
La estupidez humana no tiene límites, somos los primeros que cuando notamos un dolor en un entrenamiento seguimos hasta el final en vez de parar y descansar una semana. Somos capaces de llegar con una tendinitis en el tendón rotuliano, una fascitis plantar y una periostitis a la linea de salida de un maratón, por el simple hecho de que hay que hacerlo.
¿Porqué hay que hacerlo? ¿Para acabar arrastrándonos y ser la última carrera en largo tiempo?
No hay nada de valiente en enfrentarse a una carrera lesionado, yo diría que el valiente es el que, lesionado, se queda en su casa el día que tanto ha estado esperando para recuperarse lo antes posible. Es valiente porqué es duro tomar esa decisión pero es algo que con el tiempo se agradece.
El miedo a perder todo lo conseguido
Todos los corredores tenemos miedos, eso es algo indiscutible. A nosotros nos toca afrontarlos y vencerlos, pero si hay un miedo muy común es el miedo a perder todo lo conseguido. Este miedo hace que aún sintiendo dolores en alguna zona del cuerpo sigamos entrenando.

Esta actitud es realmente ilógica si la analizamos en frío. Por no perder lo conseguido hasta ahora seguimos corriendo lesionados, pero si corremos lesionados el tiempo de recuperación será mayor. ¿Corriendo lesionados no perdemos más a la larga de lo que ganamos al momento? La respuesta es un si muy claro.
Pero nos hacemos creer a nosotros mismos que ese dolor desaparecerá de manera mágica con el tiempo a pesar de seguir entrenando y que si paramos será un gran desastre para nosotros y nunca volveremos al mismo nivel.
El gran desastre es no parar un mes y tenerlo que hacer un año.
Experiencia
Cuando corres lesionado y no paras te encuentras con el tiempo es una situación que debes dejar de hacer deporte durante un largo tiempo. En ese tiempo es cuando valoras la estupidez que has cometido, ves las señales que pasaste por alto y te da tiempo a reflexionar sobre los porqués que han hecho que una lesión se alargue por más de medio año y que te pierdas toda la temporada por algo que se podría haber evitado perfectamente.
¡Dale ME GUSTA y COMPARTE esta información para que llegue a más corredores!