No, no puedo dejar de correr nunca

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Este artículo pretende ser algo más que unos párrafos explicando los motivos por lo que no puedo dejar de correr nunca. Es más una confesión de una extraña afición que a pesar de estar masificándose no es entendida por todas las personas.

No voy a negar que a veces me siento «el raro» por priorizar un rodaje de 1 hora a otros planes que hacen los más «normales».  Pero lo raro no es peor ni mejor, simplemente es diferente y la vida está en la diversidad. Lo voy a decir claro, a mi me aburre ver como día tras día y semana tras semana las personas hacen continuamente lo mismo sin ninguna chispa de emoción o de curiosidad.

Algunos dejan de hacer cosas porque la sociedad las considera raras, por miedo a que les cuelguen una etiqueta. Yo no soy de esos, y por muy raro que a alguien le pueda parecer no puedo dejar de correr nunca, no quiero dejar de hacerlo y nunca lo haré.

No me importa que me cuelguen más etiquetas que en el Zara, me preocupo por hacer lo que verdaderamente me hace feliz y da la casualidad que una de las cosas que más felicidad me aporta es salir a correr kilómetros.

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No puedo dejar de correr nunca y tu tampoco deberías hacerlo

No importa que haya habido una conspiración de lesiones, malos momentos y poco tiempo que se hayan levantado como grandes muros delante tuyo para impedirte seguir corriendo, ni que la gente de tu alrededor no entienda esa maldita obsesión tuya de correr casi a diario, tu tienes que seguir corriendo siempre.

Y te lo digo yo que ni te conozco, pero te entiendo.

Te entiendo porque se lo duro que resulta tener paciencia ante voces que no hacen otra cosa que criticar lo que haces y darte consejos (desde su ignorancia bienintencionada) de lo que deberías hacer. ¿Cómo se te ocurre salir a entrenar después de trabajar 8 horas? ¿Es que no ves que llueve mucho para salir a correr?

Yo no puedo dejar de correr nunca, haya trabajado 8, 10 o 12 horas. Si ese día me toca entrenar lo tengo que hacer. No es ninguna obligación como puede ser el trabajo, es una obligación respecto a mi felicidad. ¿Voy a permitir que porque esté cansado o llueva desperdicie un día que puedo hacer algo que me hace feliz?

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[Tweet «La felicidad me permite no dejar de correr nunca»]

La respuesta es fácil porque es la que tu estás pensando en ese momento: no lo voy a permitir.

Me hace tan feliz correr, que durante mi periodo de casi 1 año lesionado aún seguía corriendo, no físicamente (sino el fisio me mata) pero si a través de las letras que escribía en este blog que no es otra cosa que el reflejo de la felicidad que me proporciona correr.

Yo no voy a dejar de correr nunca porque me hace feliz, y estoy seguro que tu tampoco lo harás.