Llamalo correr o running, pero es ese deporte que practicas diario y lo vives con pasión. Entrenas duro, cuidas tu alimentación y tus horas de sueño, todo ello con un objetivo: correr una carrera.
Correr una carrera, independientemente de la distancia que sea esta, es una experiencia inigualable que recordarás siempre. Seguro que te acuerdas de tu primera carrera, pero también de cualquier otra que hayas disputado, incluso en las que has conseguido las peores marcas.
No hay duda que si no pudieras correr carreras, seguro que entrenarías de otra manera y no llegarías al límite en los entrenamientos. Con esto se plantea una cuestión: ¿hasta qué punto correr te vuelve competitivo?
Si, correr acabará haciendo que seas más competitivo
Ser una persona competitiva no es nada malo, a pesar de que se piensa que si. Lo que es negativo es no aceptar las derrotas o los malos resultados, pero ser competitivo se puede ver como un punto positivo.
Voy a hablar de mi propia experiencia, pero seguro que más de un corredor o corredora se sienten identificados.
Toda la temporada entreno con un solo objetivo, mejorar mi rendimiento en la competición. No entreno para perder peso ni para mantenerme en forma, a pesar de beneficiarme de ello, entreno porque me gusta esa sensación de cruzar la línea de meta y haber superado un nuevo límite.
Cuando estoy en mitad de unas series y siento el cansancio físico y piscológico lo que me hace continuar es pensar en que si abandono en ese entrenamiento me estaré tirando piedras en el camino de superarme y no habrán excusas para justificarlo.
El running te vuelve competitivo y a medida que vas mejorando ese espíritu de competición crece, como si algo evolucionara dentro de ti. No te contentas con igualar tu marca, incluso puedes empezar a ver que no es tan descabellado ganar alguna carrera o, al menos, subir al podio.
Cuando hace 5 años luchaba por bajar de los 20 minutos en los 5 kilómetros pensaba que en ese momento era una persona competitiva, pero mirando atrás me doy cuenta que a mejores resultados consigo más quiero seguir compitiendo y mejor lo quiero seguir haciendo.
Pero no nos engañemos, no compito con nadie más que no sea yo. Y esa competitividad que he adquirido corriendo la traspaso a toda mi vida, también fuera del deporte.