La cultura del finisher está muy presente en el running y seguro que conoces a alguien, incluso puedes ser tú mismo, que se deja llevar por ella y se encuentra inmersa en la misma. La premisa es muy sencilla: terminar la carrera como sea.
Las consecuencias no lo son tanto, desde lesiones a frustración, pasando por poner en riesgo la vida.
¿Qué es la cultura del finisher?
En una sociedad en la que todo se quiere conseguir para ya, ser finisher es la ambición maxima de algunas personas que corren. No importa el camino, tan sólo cruzar la línea de meta de la prueba y colgarse una medalla.
La prueba, por cierto, no sirve cualquier. No, no vas a ser finisher de 800 metros, tampoco de 1 milla, ni mucho menos de 5 kilometros. Un finisher lo es del maratón hacia arriba, como si las otras pruebas fueran menores.
Por lo que la cultura del finisher se trata de conseguir terminar un maratón, sin importar si lo haces en 2 horas y 30 minutos o si el camión escoba tiene que frenar para no pasarte. Se trata de hacerlo a toda costa.
Corredores subentrenados, también aquellos que están lesionado e incluso los hay que se presentan sin haber competido nunca en otra distancia. Todos ellos forman parte de esta cultura, sin darle importancia a lo que realmente tiene: el entrenamiento.
Los peligros de querer ser finisher a toda costa
Terminar un maratón es muy gratificante y es cierto que difícilmente comparable con otras sensaciones al correr, eso no lo pongo en duda, pero desear terminar un maratón sin importar nada más tiene terribles consecuencias.
El principal es el tremendo impacto negativo que tiene en tu salud. Ya de por si, correr un maratón tiene consecuencias no muy positivas para tu cuerpo, desde afectar a tu sistema inmunológico a crear desajustes en tu cuerpo. Esto le pasa a una persona entrenada, que sabe de qué va la prueba y que ha entrenado para correrla. ¿Te imaginas lo que puede pasar a una persona sin entrenamiento?
Si por querer correr un maratón y ser finisher eres capaz de participar en esta prueba y terminarla en un tiempo superior a 6 horas que sepas que te estás exponiendo a un mayor riesgo de deshidratación, pero también a qué te lesiones o incluso colapses en mitad de la misma.
No necesitas sufrir durante más de 6 horas para demostrar que puedes hacerlo. Mejor llegar a la línea de salida lo debidamente preparado que, incluso así, te puedes llevar un susto.
Otro punto es el de la superación. A corto plazo, nada más cruzar la línea de meta, te sentirás por las nubes, viendo que has conseguido tu objetivo, pero a medida que pasen los meses valorarás el haberte esforzado más, si es que no lo has hecho, y entenderás que el maratón es una prueba que requiere muchísima preparación para que todo salga como esperas.