¿Te imaginas que comieras muy pocas calorías e hicieras deporte y aún así no perdieras ni 1 gramo de peso? Esto pasa, se le conoce cómo tumba metabólica y es bastante común en personas que quieren perder peso de cualquier manera.
La tumba metabólica es el nombre coloquial a lo que se conoce como un metabolismo que funciona de manera incorrecta y no, no es por ninguna enfermedad previa o por genética. El motivo es que la misma persona que lo sufre es la que se lo produce.
¿Que és la tumba metabólica?
La tumba metabólica sucede en deportistas que llevan una dieta hipocalórica con el objetivo de perder peso. La lógica que utilizan es en parte coherente, aunque no correcta. Si una persona ingiere 1.000 calorías al día y quema 2.000 calorías las matemáticas nos dirán que se produce un déficit de 1.000 calorías y que se debería perder peso.
Con las dietas bajas en calorías sucede que la primera semana se pierde mucho peso, la segunda semana se sigue perdiendo peso aunque menos, a la otra quizás solo se pierden unos gramos y llega un momento que a pesar de comer tan solo 1.000 calorías y quemar 2.000 calorías al día el peso se mantiene. ¿Cómo se explica esto?
Si estás en este punto es que has entrado en la tumba metabólica.
Este concepto con un nombre tan tétrico ocurre cuando el cuerpo detecta que las calorías que recibe son muy limitadas, pero aún así tiene que vivir con ello. ¿Qué va a hacer tu cuerpo? Básicamente hará que tu metabolismo sea más lento, que el metabolismo basal sea menor y se adaptará al déficit de calorías diarias. Al cuerpo no le importa que quieras perder peso, lo que quiere es sobrevivir por encima de todo y lo conseguirá adaptándose a las calorías que ingieres.
Esto no es gratuito y es que si tu cuerpo funciona con menos calorías es porque está prescindiendo de algunas funciones que no son vitales.
¿Cuáles son los síntomas de la tumba metabólica?
Los síntomas de la tumba metabólica en ocasiones pasan desapercibidos en las primeras etapas, ya que el cansancio lo puedes relacionar a que el entrenamiento ha sido muy exigente o que duermes mal por el estrés del día a día.
Si sientes algunos de estos síntomas, es posible que hayas entrado en la tumba metabólica:
- No pierdes peso: este es uno de los síntomas de la tumba metabólica más destacados. Si a pesar de comer poco y hacer mucho deporte no pierdes ni 1 gramo, es posible que estés sufriendo este problema de metabolismo.
- Fatiga: consecuencia lógica de no ingerir las suficientes calorías. Si no te recuperas de tus entrenamientos igual que antes e incluso te cuesta salir a correr tendrías que revisar lo que estás comiendo.
- Problemas de sueño: problemas para conciliar el sueño o dormir en exceso es otro de los síntomas de la tumba metabólica.
- Falta de concentración: disminuirán tus reflejos y no podrás concentrarte debidamente.
- Anemia: aunque hay varias causas de la anemia, es probable que por no comer adecuadamente acabes desarrollando anemia. Especialmente si no dejas de entrenar con intensidad.
¿Cómo salir de la tumba metabólica?
Entrar en la tumba metabólica es mucho más fácil que salir de ella. Aquí no se trata de volver a comer las calorías necesarias y que en un par de días te encuentres bien. Tienes que luchar contra la adaptación que ha hecho tu cuerpo a vivir con un déficit de calorías constante.
Lo primero es darte cuenta de que la situación en la que te encuentras no solo no te ayuda a perder peso, sino que está dañando tu salud. Además, no es sostenible a medio y largo plazo.
Seguidamente tendrás que dejar de entrenar durante unas semanas, o al menos reducir el volumen y la intensidad. Yo recomiendo lo primero, dejar de correr para que así tu cuerpo no consuma muchas calorías.
Poco a poco tendrás que aumentar lo que ingieres diariamente, hasta llegar al punto en que estás comiendo justamente lo mismo que consumes. Si estás en esta mala situación lo mejor es ir directamente a un nutricionista, pues es una situación delicada que requiere la supervisión de un profesional.