Correr un maratón requiere un esfuerzo físico y mental descomunal. Es algo muy duro pero en los últimos 195 metros, cuando realmente estás roto, es cuando más lo disfrutas. En este camino pasamos por las diferentes fases del maratón.
Llegado a este punto y una vez cruzada la meta es cuando realmente te das cuenta de lo que has hecho.
Fases del maratón
El maratón no comienza el día que lo corres, a mi me gusta referirme a él como una competición en la que pasamos fases o etapas. Aquí están las fases del maratón:
- Fase pre-maratón: Para mi esta fase empieza mucho antes de la carrera, mucho antes de la inscripción. Empieza cuando le das vuelta a la idea de correrla.
A su vez esta fase va modificando sus características, empieza con la euforia inicial y termina cuando semanas antes ves que el maratón se te echa encima y dudas hasta de como vestirte ese día. - El día: El día señalado. Si sois de los que dormís sin problemas enhorabuena, no todos pueden presumir de ello. Esta fase es la de concentración y la de respeto por la distancia.
Vas en silencio hacia el punto de salida pensando en todos los entrenamientos, en todo el sacrifico que llevas a cuestas, pero aun así aparecen las dudas. - Fase inicial: Esta fase la considero que dura hasta el kilómetro 20 más o menos. Es cuando sales a ritmo y te sientes cómodo y motivado, a medida que recorres los kilómetros te sientes mejor y la mente te intenta engañar diciendo: «esto no es tan duro». Vaya que si lo es…
- Fase media: Habiendo recorrido la mitad del maratón te das cuenta ahora que aún tienes kilómetros para rato. ¿Parece que no aguantas el ritmo? ¿Sientes las piernas fatigadas? No te preocupes, más adelante te preocuparás.
Tomas conciencia de que no va a ser fácil, te pueden surgir dudas, pero tienes que recordar que esas dudas son irreales ya que has entrenado de la mejor manera posible y la vas a terminar. - Fase final: Muy bien, estamos en el kilómetros 35, no sabemos ya cuantos avituallamientos hemos atravesado ni en que parte de la ciudad estamos. Las piernas nos pesan. La mente nos dice que paremos. Lo único que te fijas es en el siguiente punto kilométrico.¿No pensábamos que seria más fácil? Desde luego que no lo es!.
En este punto sacamos fuerzas de donde sea, de cualquier cartel del público, de un recuerdo de las promesas que te hiciste y sobretodo de los 3 meses de lluvia, frío y madrugones que te han hecho ser el valiente que se enfrenta a esa distancia.
Lo siento, ya no hay vuelta atrás, el único camino es adelante y acaba en la meta. - Llegada: Giras esa curva y ahí está: LA META. Esas piernas que casi iban arrastrándose un kilómetro atrás se vuelven a despegar del suelo, con una fuerza que no reconocemos.
En el momento que cruzas la meta un pensamiento más que otro se repite en tu cabeza, solo son tres palabras, tres simples palabras que te hacen llorar: LO HE HECHO.
Con esta entrada me gustaría animar a todo el que no se atreve a dar el paso que lo haga. Un maratón es duro pero gratificante.
nocorrasvuela.