Lesionarte corriendo siempre duele, también a nivel psicológico.
Cuando te lesionas una losa cae encima tuyo y te arroja al borde de la desesperación, pero si encima la lesión ha aparecido de la manera más tonta, la situación se vuelve desoladora.
Aunque no lo creas, muchos corredores y corredoras terminan lesionados de las maneras más estúpidas posibles. Descuidos, cambios de ritmo cuando no toca o malas posturas son las que están detrás de estas lesiones corriendo.
3 situaciones que te provocan una lesión corriendo
Meter el pie en un hoyo
No tengo ningún estudio a mano, y tampoco se si lo han estudiado, pero estoy convencido de que la gran mayoría de esguinces corriendo se producen por meter el pie donde no toca, y los hoyos que encuentras en el césped o en los caminos son uno de esos sitios.
Para que esto no ocurra no solo hace falta conocer el camino por el que corres o vigilar en todo momento su orografía, también necesitas pisar con fuerza y seguro, para que tu tobillo soporte esté tipo de irregularidades.
Si vas con miedo al correr es más probable que te ocurra esto.
Girar el cuello en mal momento
Cuando corres tus músculos trabajan en sintonía y, supuestamente, compensados. La realidad es que cuando corremos nadie mantiene una postura perfecta y por eso aparecen las sobrecargas.
Pero una cosa es no mantener la mejor postura y otra muy diferente es ir buscando una lesión, que es lo que ocurre cuando giras el cuello para ver a tu rival más cercano o simplemente porque quieres ver a tu alrededor.
Las contracturas cervicales están a la orden del día por movimientos bruscos cuando corres. Ten siempre la mirada al frente y evita distracciones.
Esprintar en los últimos metros, especialmente en maraton
Yo soy de los que huelen la meta y cambian de golpe el ritmo con la intención de rascar unos segundos más al crono, pero admito que es un error y la manera más fácil de lesionarte corriendo a cambio de nada.
[Tweet «Tres errores con una sola consecuencia: caer lesionado»]
En los últimos 200 metros de una carrera no vas a conseguir tu mejor marca personal y si te puedes llevar como premio una buena rotura de fibras.
Hay que mantener la cabeza fría en todo momento y no cambiar de golpe en los últimos metros.
Especialmente grave es hacerlo en un maratón, cuando después de machacar a los músculos durante horas se decide sprintar los últimos metros a la desesperada. El resultado puede ser de gravedad para tu musculatura.