Correr es uno de los deportes más completos, no solo por el trabajo físico que conlleva, también por los beneficios mentales que supone este ejercicio. Salir a correr te ayudará a relajar la mente y a reducir la ansiedad, si sabes como hacerlo.
Ya sea que te lo tomes como un simple hobby o busques competir y superarte, tienes que controlar la ansiedad que genera correr, pues aunque correr sirve para reducir esta, también en determinadas situaciones puede hacer que la ansiedad en vez de bajar haga justo lo contrario.
¿Cuáles son los beneficios de correr para la ansiedad?
Correr a diario, o al menos 2 o 3 días a la semana te va ayudar a controlar mejor la ansiedad, ya que:
- Al correr te conseguirás relajar más: ya sea porque has tenido un día duro en el trabajo o porque has vivido una situación estresante, cuando te calzas unas zapatillas de correr y sales a hacer kilómetros sientes que el cuerpo se relaja casi de inmediato. Tu tensión se reduce, y con ello la ansiedad.
- Te ayuda a mantener la positividad: un mal momento lo puede tener cualquier y eso no hay que juzgarlo, pero si que puedes combatirlo a base de hacer ejercicio. La negatividad desaparece a medida que vas recorriendo kilómetros. Cuando veas que consigues los objetivos que te has fijado, te encontrarás con un pensamiento más positivo.
- Correr libera la hormona de la felicidad: la serotonina, conocida popularmente como la hormona de la felicidad, es una de las responsables de tu estado de ánimo. Al correr tu cuerpo segrega esta hormona y tu estado anímico mejora, razón por la que dedicar un tiempo a hacer deporte cada semana.
Cuando tienes ansiedad tendrás una mayor agitación y quizás los pensamientos son más negativos, aunque no hay nada mejor que conocerse a uno mismo, el test de ansiedad de Heroicamente Psicología es una de las herramientas con las que puedes determinar si estás pasando por un período de ansiedad.
Correr también te puede crear más ansiedad, si no sabes gestionarla
Aunque correr es muy beneficioso para combatir la ansiedad, también te la puede causar, especialmente si entrenas para competir y superar tus marcas.
La exigencia de los entrenamientos diarios, y el objetivo que te hayas fijado, puede provocar que si un determinado entrenamiento no sale como esperabas te desmotives y la ansiedad aumente al ver que no llegas a mejorar tu marca.
También puede pasar que en una competición que te has preparado de manera exhaustiva, algo salga mal y tengas que abandonar o, aún acabando la prueba, no consigas la marca que esperabas.
Para estos casos es importante recordar que no siempre puedes conseguir tu objetivos, y que una derrota es un aprendizaje muy valioso, por lo que debes ver la parte positiva de ello.