A lo largo de este tiempo hemos publicado decenas de entradas con consejos y explicando cómo realizar cada movimiento de manera correcta con el fin de correr bien. Sin embargo, la respuesta a este interrogante no necesariamente se halla en las mismas. Por ello te mostramos cómo saber si estás corriendo bien.
Concretamente, lo determinarás con exactitud a partir de observar determinadas cuestiones; entre ellas, las características de tu cuerpo. ¿Por qué? Porque son las que definen cuán largos deben ser tus pasos, cómo acompañarás con los brazos, etc.
Tu historial de runner, la gran clave
Si cuentas con una importante trayectoria como runner, tu historial de lesiones y los problemas que has padecido con su respectiva gravedad y frecuencia resultarán más que suficientes para comprender si estás corriendo bien.
¿Cómo funciona? Muy sencillo… Si te lesionas de forma muy frecuente, entonces algo haces mal. De hecho, si sufres inconvenientes leves, más fácil será corregirlos. En cambio, si son graves es porque el problema radica en otra cuestión; por ejemplo, un ligamento/articulación que ya se encuentra en mal estado.
Sin embargo, hay cientos de runners que son principiantes, por lo que carecen de un historial que los pueda guiar respecto a qué deben continuar implementando y qué modificar.
Filmarse a sí mismo corriendo, ¿Sirve?
De alguna manera sí. ¿Por qué? Porque el simple hecho de observarte te proporcionará un panorama más claro. De todos modos, se recomienda que esos videos sean evaluados por un especialista por dos razones:
- Es la persona que más rápido evidenciará (y en detalle) lo que haces tanto bien como mal
- Si lo haces tú, es probable que no te des cuenta. A su vez. prestar atención a ti mismo interferirá de manera negativa, además de que careces de los conocimientos suficientes para llegar a una conclusión
¿Qué técnicas implementar para saber que estoy corriendo bien?
Acá viene el punto más importante. Tener la certeza de que lo estás haciendo bien posee un valor aún mayor que prestar atención a los comentarios de alguien o a los análisis de un especialista.
Así, uno de los requisitos para llevar adelante tus actividades de running es ejercer contacto con el suelo con la bola del pie. ¿Cómo? Con los dedos apuntando hacia adelante, a través de un contacto que debe ser leve.
En este sentido, las rodillas desempeñan un rol esencial. Para empezar, si no las tuvieras no podrías efectuar pasos y hasta proporcionarte el impulso hacia la dirección deseada. Asimismo, debe permanecer ligeramente doblada y la pierna extendida.
¿Hacia dónde hay que mirar al correr?
Aunque no parece tan evidente, la posición de la cabeza es más que importante durante el running. ¿Por qué? Porque tiene que estar siempre recta y relajada. En caso contrario, no sólo te traerá dolores de cuello y de cervical, sino que también afectará tu espalda.
Por otra parte, la cabeza es la que de alguna manera facilita o dificulta (según como la coloques) dar pasos largos, acelerar y mantener la velocidad sin sobre-exigirte demasiado. Cabe destacar que puedes acompañar esto manteniendo los hombros relajados y los brazos un tanto doblados.
Por último, se aconseja que las manos miren hacia adentro, apuntando un tanto (no completamente) hacia abajo. Se trata de tres partes muy unidas entre sí que se complementan y que ejercen un rol más que importante durante el running.
Para saber si estás corriendo bien, mal o si simplemente debes mejorar algunos aspectos debes prestar atención a todo esto que te comentamos. Cambia todo lo necesario y percibirás un antes y un después muy positivo para ti y para tu organismo.