El término desentrenamiento consiste en el momento en que un atleta se retira y, así, comienza un proceso médico-pedagógico. Este último nunca pasa inadvertido ya que se elimina gran parte de la sobrecarga que cosecha en los diferentes músculos y partes (sobre todo las piernas).
Asimismo, el desentrenamiento implica un periodo personal particular. ¿Por qué? Básicamente porque no es nada sencillo pasar de participar en competencias de alta complejidad y entrenarte a menudo a abandonar todo esto por completo; es decir, hay un impacto psicológico importante que debes saber cómo sobrellevar.
El desentrenamiento, ¿Puede ser parcial?
Sí, claro. Hoy en día existen decenas de casos relevantes de deportistas (ya no sólo atletas) que aseguran retirarse de la actividad profesional y que luego la retoman. Esto último puede deberse a una lesión grave que al principio deviene en ganas de cerrar un ciclo o a otras cuestiones.
En cualquier caso, los efectos de este proceso se padecen en todo momento, pero varían según el tiempo transcurrido. Concretamente, los especialistas se refieren a distintos periodos; uno de los más importantes es el denominado pausa corta, de cuatro semanas. Presenta las siguientes características:
– La resistencia es lo primero que cae y, por ende, lo que más se siente (y, claro está, padece)
– Cuanto más elevado era tu nivel de running mayor es la caída
¿Cómo influye dejar de entrenar abruptamente según cada persona?
Lo último de esta pregunta es, justamente, la respuesta… ¿Por qué? Porque todos los especialistas coinciden (y así lo avalan las experiencias) que los efectos (ya sea positivos o negativos) del desentrenamiento cambian según la persona.
Esto último se debe a decenas de cuestiones que surgen y que impactan según los siguientes factores:
- Edad
- Sexo
- Nivel de entrenamiento previo
- Actitud personal
- Alta o baja autoestima
El estilo de vida, también clave
Más allá de los factores mencionados, lo más importante y determinante es el estilo de vida que llevas adelante durante el desentrenamiento. ¿Por qué? Porque es lo que hace que el mismo te afecte menos o más según lo que haces.
Imagina que has abandonado el atletismo porque tienes decidido dedicar todo tu tiempo al ping pong. Claramente será muy diferente respecto a si careces de algo concreto para hacer y, en consecuencia, te sientes aburrido y deprimido.
A su vez, no todo radica en ambos extremos; puede que durante unos días cuentes con varias tareas o actividades y que el fin de semana lo tengas libre. Cualquiera sea tu situación, tu estado de ánimo también variará según tu personalidad y actitud.
Músculos, fuerzas y peso, los cambios que más pueden evidenciarse
Es muy simple; dejas de hacer actividad física y de entrenarte, entonces pierdes musculatura, fuerza y también peso. ¿Por qué este último? Pues, el músculo pesa hasta más que la grasa, por lo que reducir el grosor del de los brazos, piernas y abdomen, entre otros, hará que bajes unos kilos.
Al mismo tiempo, la alimentación influirá drásticamente ya sea para bien o para mal; no es igual comer algo abundante en grasas cuando lo perdías rápidamente con el ejercicio que ahora que permaneces más quieto. En otras palabras, tu metabolismo evolucionará con el transcurso de los días y semanas.
Un desentrenamiento progresivo, lo mejor
Aunque a muchos les resulta complejo reducir el ritmo de manera progresiva, es la opción más adecuada para el organismo, el cual se adaptará sin inconvenientes. Además, será hasta más sano para tu cabeza y mente.
¿Cómo desentrenarte sostenidamente? Reduciendo tanto la cantidad de competencias como de entrenamientos semanales. Por ejemplo, puedes pasar de cuatro a dos o continuar con dicha cantidad, pero con una duración menor.
No decidas comenzar el desentrenamiento de un día para el otro. Evalúa tanto las ventajas como las desventajas, piensa en si la decisión es, o no, correcta y también los beneficios que te proporcionará a futuro.