Correr es algo que todos haríamos a diario si nuestras obligaciones y nuestro cuerpo nos lo permitiera. No hay nada más gratificante que cruzar la linea de meta después de un largo esfuerzo. Claro que nos gustaría, pero no, no nos convirtamos en el corredor que coleccionaba carreras.
[Tweet «el corredor que todo lo corre»]
El corredor que todo lo corre
Para este corredor no hay domingo que no esté en condiciones de darlo todo en una carrera. Correr todo lo que hay en el calendario es una decisión personal igual de respetable que correr una carrera al año. Nos puede parecer bien o nos puede parecer mal, pero ante todo hay que respetarla.
Dando mi opinión y bajo mi punto de vista correr todas las carreras posibles llegando a nuestro límite es algo que nos perjudica más de lo que nos beneficia.
Si cada domingo nos enfrentamos al reto de bajar nuestra marca pueden ocurrir dos cosas:
- Que nunca la bajes
- Que nunca la bajes y te lesiones
Bromas aparte 😛 , correr cada domingo a tope nos va a llevar a una fatiga innecesaria que nunca nos permitirá mejorar los tiempos de la manera que deseamos. Probablemente y con el tiempo puede llegar a causar frustración al ver que estamos estancados.
El rendimiento en este deporte no se mantiene al 100% durante todo el año, tenemos un punto en el que llegamos a nuestro pico y lo debemos aprovechar. Si sobrecargamos al cuerpo con competiciones semanales nunca seremos capaces de saber hasta donde llegaríamos.
Otra cosa es aquél que compite sabiendo que busca un entrenamiento diferente y está mentalizado en no apretar más de lo que tiene planeado.
El problema no es competir cada fin de semana, sino de hacerlo dándolo todo.
¿Cada cuanto competir?
Cada corredor es diferente y no hay una regla que dicte cada cuanto competir, pero esto es lo que se recomienda:
- Para las carreras de 10 kilómetros es recomendable competir en 1 cada 3 semanas.
- Para distancias como el medio maratón no se debería superar los 6 anuales.
- Y en cuanto a maratones lo ideal seria entre 3 y 4 por año.