La maratón y carrera constan de eventos populares que atraen a entusiastas del deporte de todo el mundo. A primera vista, pueden parecer similares, pero hay diferencias significativas entre ambos. Es cierto que quizás no se perciben a simple vista ni tampoco llaman tanto la atención, pero resultan claves.
A continuación, exploraremos las cinco diferencias más importantes entre maratón y carrera. Claro está que hay o se pueden encontrar más, pero, sin embargo, es necesario hacer hincapié en los de alta relevancia y que debes conocer.
Distancia: la prueba de resistencia suprema
La primera y más obvia diferencia entre maratón y carrera radica en la distancia que se recorre. La primera es más extensa, concretamente de 42,195 metros
La maratón puede resumirse como una prueba de resistencia que requiere de entrenamiento riguroso y una mentalidad fuerte para completarla. En cambio, una carrera convencional puede tener distancias más cortas, como 5 o 10km y, por ende, resultar más adecuada para principiantes o runners no tan experimentados.
¿Cuántas veces has sentido u oído por parte de otra persona “puedo correr, pero no tanto”? Bueno, dicha limitación explica, justamente, si estás en condiciones de participar ya sea de una carrera o de una maratón.
Nivel de preparación requerido
La preparación para un maratón y carrera convencional difieren de manera significativa. ¿Por qué? Porque mientras la primera requiere de un enfoque de entrenamiento a largo plazo que puede llevar meses de preparación intensiva, la segunda va aumentando gradualmente su resistencia.
Concretamente, efectuar carreras de larga distancia y planificar adecuadamente la alimentación y la hidratación para el evento es siempre imprescindible. No obstante, las carreras convencionales pueden ser más accesibles para runners ocasionales. Y aunque es importante entrenar para una carrera más corta, el nivel de preparación no es tan exhaustivo como el necesario para un maratón.
Ambiente y experiencia del evento
Los maratones incluyen a menudo un ambiente festivo y una gran cantidad de espectadores animando a los corredores a lo largo de la ruta. Esto se debe a que se trata de algo más complejo y que requiere de mayor preparación por contar con un trayecto extenso y, a su vez, por resultar más trascendental para los participantes. Por ello, por ejemplo, las calles están cerradas para el evento y puede haber puestos de hidratación y entretenimiento a lo largo del recorrido.
En cambio, las carreras convencionales pueden tener un ambiente más relajado y centrado en la participación comunitaria. Asimismo, suelen encontrarse abiertas al público y ofrecen una experiencia más informal.
Objetivos y enfoque de los participantes
Muchos corredores de maratón se preparan con el objetivo de completar la distancia y superar un desafío personal. Además, la meta principal puede ser simplemente cruzar la línea de meta. Para un principiante consta de algo complejo e incentivador, mientras que para un experimentado resulta sencillo y, por lo tanto, es probable que no le interese.
Por su parte, en las carreras convencionales los participantes mantienen objetivos más variados. Algunos pueden estar buscando mejorar su tiempo personal, competir con otros corredores en su categoría o simplemente disfrutar de la experiencia.
Participación y tamaño del evento
Las maratones son eventos masivos que a menudo atraen a miles de corredores de todo el mundo. Tal es así, que grandes ciudades organizan eventos reconocidos a nivel internacional como el Maratón de Boston, de Londres, de Nueva York, etc. Estas competiciones generan una gran expectativa y sorprenden por su amplio nivel de participación.
“Maratón y carrera”, la cuestión para muchos. Es decir, la necesidad de elegir una u otra e incluso comenzar por la segunda para, luego, reunir las condiciones para poder participar en la más compleja.