La respuesta a la pregunta de cuáles son los mejores climas para correr no es una exacta y precisa ya que depende principalmente de las preferencias y comodidades de cada persona, aunque también de otros factores.
¿Qué significa esto último? Hoy en día solemos decidir si salimos a correr o no según la temperatura. “Hay 20 grados, está muy agradable” o “10 grados, es mucho frío y no me gusta”, pensamos. Sin embargo, esto no es todo ya que el día soleado o nublado, la intensidad de viento, la humedad y la baja presión influyen notablemente.
Frío o calor, la cuestión principal en los mejores climas para correr
La temperatura y, fundamentalmente, la sensación de frío o de calor son consideradas las más importantes. De hecho, para las personas friolentas se hace más difícil correr cuando hay 10 grados o menos. Por lo general, las mujeres son quienes más lo padecen.
En cambio, los hombres suelen sufrir más el calor debido a la mayor hidratación que requieren y al aumento de la transpiración. Sin embargo, estas diferencias descritas resultan insuficientes para concluir en que el calor es mejor o peor que el frío para el running.
¿Cuáles son los beneficios de correr en un clima fresco?
Aunque parezca que las bajas temperaturas son incómodas y totalmente negativas, poseen al menos tres beneficios:
- Mejoran el metabolismo: el hecho de esforzarte más genera una mayor eficiencia por parte del metabolismo dado que tu cuerpo requiere de más energía.
- Aumentan la resistencia: al cuerpo le cuesta menos mantener la temperatura equilibrada. Así, los entrenamientos y largos trayectos de running resultan más sencillos.
- Menores probabilidades de lesión: en paralelo a lo último, el aumento de la resistencia deviene en mayor dificultad para padecer lesiones musculares o ligamentarias.
No obstante, la gran contra del invierno para correr es que requiere de un estado físico óptimo para encarar una misma trayectoria. También de un estiramiento y calentamiento previo más eficaz e incluso de mejor predisposición, sobre todo si no estás acostumbrado.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de correr con calor?
A diferencia de las del frío, las ventajas del calor se perciben más fácilmente desde las horas e incluso días previos. Son las siguientes:
- El cuerpo envía sangre a la piel más rápido: esto siempre es positivo, además de que permite soportar mejor la alta temperatura o incluso el calor de la exposición a los rayos solares.
- Mayor producción de sangre: los músculos reciben sangre menos oxigenada, lo que genera que el cuerpo produzca más cantidad y hasta la optimice.
- Equilibrio correcto de electrolitos: esto se debe a que el sudor excesivo contiene menos sal. También favorece a la hidratación.
- Mejor predisposición: el hecho de que haga calor puede devenir en estar más motivado para salir a correr.
Claro está que, pese a estar considerado entre los mejores climas para correr, el calor tiene también algunas desventajas; por ejemplo, requiere de más hidratación, facilidad para agitarse y aumenta el cansancio corporal y muscular como consecuencia del mayor esfuerzo.
¿Qué otros factores influyen en la temperatura?
Si de correr en un buen o mal contexto hablamos, la temperatura favorece o desfavorece según, por ejemplo, la humedad. Esta última es muy dañina en ambos casos cuando supera el 80% ya que afecta drásticamente el aire y, por ende, la respiración durante la actividad física.
Por esta razón, si corres en un día de mucha humedad sentirás que acelerar el ritmo se vuelve más complejo y que un mismo trayecto te dejará más exhausto.
A su vez, hay días de baja presión a los que, si se suma un alto porcentaje de humedad, ocasionará importantes dificultades no sólo para correr, sino también para cualquier actividad física.
Así, si te preguntas cuáles son los mejores climas para correr, la respuesta es: ninguno es perfecto, pero los días de entre 15 y 25 grados con escasa humedad y exposición a los rayos solares resultan los más adecuados y agradables.
¡Pruébalo y lo evidenciarás!