¿Cómo funciona el descanso activo?
Imagina esta situación: el día siguiente de la tirada de 20 km del domingo, te levantas de la cama y sientes cada uno de los músculos de tu pierna. Los sientes cansados, lo único que se te pasa por la cabeza es quedarte en la cama y moverte lo menos posible. ¿Cómo será posible hoy salir a entrenar? Yo tengo la respuesta: El descanso activo.
¿Realmente se puede descansar haciendo ejercicio? Claro que se puede pero hay que matizar un poco esta afirmación. Hablar de descanso activo significa ejercitar el cuerpo de una manera suave, por suave no me refiero a un rodaje de 10km a 6min/km, me refiero a 30 minutos trotando, a un paseo en bici, nadar y otras actividades como puede ser el yoga. La finalidad de este descanso activo es recuperar al cuerpo de la fatiga acumulada, no acumular aún más.
Los beneficios del descanso activo son elevados, ayudan a asimilar el entrenamiento anterior, mejorando la circulación y haciendo que el músculo se recupere de manera correcta. Aunque muchos lo pasen por alto, el descanso es un pilar fundamental en el entrenamiento, y el descanso activo es la mejor manera de no sobreentenarte y lesionarnos. Con el descanso activo se consigues recuperarte de esas microroturas que se producen en los músculos, pues son oxigenados por el torrente sanguíneo.
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Recomiendo en las rutinas de 5/6 días que uno de ellos sea de descanso, ya que no es saludable trabajar a intensidades elevadas todos los días, esto se puede complementar con el entrenamiento cruzado del que otro día hablaré. Aunque creas que descansar no es lo adecuado es la única manera que tiene el cuerpo de asimilar todo el entreno que llevas a cuestas, hay que pensar que la fatiga en el cuerpo alcanza su nivel mas alto 48 horas después del esfuerzo y por tanto es más beneficioso hacer un día de descanso activo el día posterior a la competición que esperar al siguiente y entrenar al ritmo al que estas habituado.