Si miras por tu ventana o incluso si sales a la calle o vas a un parque puedes observar a cientos de personas haciendo running. Sin embargo, haber nacido para correr va más allá de cómo realices la actividad e intensidad, y es lo que te consolida como un distinto.
Concretamente, la cuestión principal radica en con cuánta naturalidad y convicción te surge la idea o necesidad de “tengo que correr”. No es igual hacerlo porque te obligan, porque sientes que es lo más conveniente o para imitar a otra persona, entre otras.
Correr por vocación o por necesidad, la clave para determinar haber nacido para correr
La verdadera y principal diferencia entre alguien que hace running por uno, dos o más motivos en particular y otro que lo ves y luego de un tiempo llegas a la conclusión de “nació para correr” son algunas de las siguientes:
- El que corre por vocación lo siente como una necesidad natural; es decir, tiene ganas de correr (y lo hace) hasta por hobbie y sin alguna razón concreta
- El que carece de dicha vocación requiere de un motivo y hasta incentivo para realizar dicha actividad. No le alcanza con saber que es benéfica para la salud que lo ayudará a bajar de peso
- El que evidencias que nació para correr lo hace con mayor facilidad. En cambio, para el otro implica un desafío mayor. ¿Por qué? Porque tiene un gran paso entre las ganas de hacerlo y concretarlo. De hecho, es la principal razón respecto a por qué finalmente decide no correr
La naturalidad de todo lo que implica correr, otra cualidad que distingue
Tú puedes cronometrar el tiempo e ir observando diferentes datos como la distancia recorrida o calorías quemadas. También prestar atención a tu evolución e incluso sentirte contento o triste por tu rendimiento.
Sin embargo, hay una cuestión que diferencia notablemente a ambos tipos de corredores: la naturalidad al momento de correr y alcanzar los objetivos. Quienes realizan esta actividad por vocación no necesitan efectuar un gran esfuerzo para mejorar su perfomance. Los otros sí, por lo que les resulta más complejo, por ejemplo, seguir una misma rutina.
Imagina a dos personas corriendo 5 kilómetros una semana y 8 en la siguiente. Quien lo hace por vocación prácticamente no padecerá el esfuerzo o sobreexigencia, mientras que quien se autoobliga sí.
Esta diferencia se produce en casi todos los aspectos que involucran al running; es decir, en la distancia, esfuerzo para subir pendientes y luego bajarlas, calorías que se gastan y posterior cansancio y dolores musculares.
¿Qué estado físico debe tener un corredor de vocación?
Esta pregunta carece de una respuesta concreta ya que haber nacido para correr va más allá del físico. ¿Por qué? Por al menos tres razones:
- Por un lado, la persona que sale a correr por total vocación debería reunir las condiciones para llevar a cabo dicha actividad. Esto incluye, por sobre todas las cosas al buen estado físico
- Puede ser, por ejemplo, delgada y a pesar de eso correr todas las semanas por costumbre para autofortalecerse; es decir, lo hará con mayor naturalidad y convicción que alguien con buen físico, pero sin alma de corredor
- Cualquiera sea su físico o estado general, las condiciones tanto internas como externas de su vida influirán y mucho; por ejemplo, un individuo que cuenta con gimnasio en su edificio vs otro que vive hacinado en un hogar pequeño y, por ende, necesita salir a correr o practicar más deporte para despejarse
Tal como evidenciarás, haber nacido para correr se percibe a partir de la actitud y de la facilidad y naturalidad con la que te dicha acción te surja y la concretes. Y tú, ¿Cómo, por qué y para qué corres?