La vida del corredor de fondo: la importancia de la constancia

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En el mundo en el cuál vivimos nos han acostumbrado a conseguir todo de manera instantánea. Esta comodidad ha hecho que nos convirtamos, por normal general, en personas impacientes que quieren ver resultados enseguida. Cuando se trata de correr la impaciencia sólo lleva a la frustración y a las lesiones continuadas. La vida del corredor de fondo no se resume simplemente con la acción de correr.

Este deporte es cómo una planta, que hay que regarla día tras día y con el tiempo recoges los frutos. A medida que pasen los años, la planta será más fuerte y sus frutos serán mejores. Pero para llegar a eso hay que tener mucha paciencia.

El largo camino en la vida del corredor de fondo

Tu lo tienes que saber, nadie puede empezar a correr de un día para otro y enfrentarse a un maratón a los pocos meses. Hay algunos que la hacen con resultados nefastos, pero no debería ser así.

Lo bonito de este deporte es ir quemando etapas y ver cómo evoluciona tu cuerpo, cómo lo que antes parecía imposible ahora lo tienes al alcance de la mano.

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Recordar lo difícil que te resultaba conseguir determinada marca hace un año y comprobar que ya la has superado.

La vida del corredor de fondo es un largo camino lleno de dificultades y sólo la paciencia y la constancia van hacer que sigas progresando cómo corredor.

Estas dos palabras tienen más relación de lo que puedes pensar, si no tienes la paciencia necesaria para entrenar lento cuando tienes que hacerlo, para descansar cuándo el cuerpo te lo pida probablemente nunca tengas la constancia necesaria en este deporte para mejorar.

¿La razón? Las lesiones.

La constancia en la vida del corredor de fondo

Puedes tener una buena genética y hacer las series de 1000 en 3:15, pero si cada año (por no parar a tiempo) te lesionas 1 o 2 veces, tu carrera como corredor de fondo no será muy brillante. No por nada, sino porqué estos parones te van a impedir evolucionar y mejorar.

Mucha gente corre forzando el cuerpo en exceso. Creen que no pasa nada por apretar aunque sientan molestias, pero lo que se olvidan es que no son profesionales y no viven de esto.

El no parar cuando el cuerpo te avisa puede ser algo desastroso y te puede hacer perder toda la temporada. Si esto sucede de manera recurrente no lograrás tener esa constancia de la que antes he hablado.

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Si conoces algún corredor popular de los buenos, esos que hacen 35:00 en los 10 kilómetros, comprobarás que ellos evitan las lesiones desde hace años, porque saben que un parón de 4, 5 o 6 meses es algo que tira al traste todo el esfuerzo hecho durante mucho tiempo.

He dicho evitar, porqué las lesiones no son algo que tenga que suceder de manera inevitable. Estos corredores las evitan y no es por obra de un milagro.

¿Cómo lo hacen? Muy sencillo, escuchando al cuerpo cuándo habla. No los verás entrenando lesionados, ni entrenando siempre a tope, tampoco los verás olvidándose de trabajar la fuerza, la potencia y la técnica de carrera.

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Saben que la vida del corredor de fondo puede ser muy corta si no se cuida la herramienta de trabajo: su cuerpo.