Correr rápido, ese es el objetivo principal de la gran parte de personas que corren. No obstante, correr demasiado rápido tiene sus riesgos, sobretodo si se hace de manera habitual.
Siguiendo ese dicho tan famoso de «menos es más» te diré que correr muy rápido a menudo te servirá de bien poco.
¿Qué consecuencias tiene correr demasiado rápido a diario?
Una semana normal de entrenamiento se compone de días de series o cambios de ritmo, rodajes a ritmo y otros días en los que el ritmo es muy lento. Eso es tener una semana equilibrada.
Cuando no puedes controlar el ritmo del entrenamiento, ya sea porque de manera consciente vas unos segundos más rápido de lo que toca o por falta de concentración no lo llevas a rajatabla, te estás metiendo en problemas.
La primera consecuencia de correr demasiado rápido es sentir como el entrenamiento se te hace cuesta arriba. Unos segundos por vuelta en la pista no suponen nada si solo haces 1 vuelta, pero si esto lo tienes que repetir 5 o 10 veces seguramente llegues a la última serie a un ritmo más lento que el que llevabas en la primera.
Por decirlo claro: llegarás sin energía.
Que esto pase un día de manera puntual es un error que, aunque malo, tiene solución. El peligro viene cuando vas a las mismas pulsaciones en una serie de 200 que en una de 1000, o cuando tras u rodaje de 10 kilómetros has corrido tan rápido que serías incapaz de correr 500 metros más.
Correr demasiado rápido provoca a largo plazo una sensación de fatiga continua. Tu cuerpo no se puede recuperar de los entrenamientos y cada vez te costará más acabar las sesiones.
Luego está el daño muscular que sufres cada vez que te excedes de ritmo. Puede que la primeros dias te notes bien, sin apenas molestias, pero con el paso de las semanas tus piernas comenzarán a quejarse, sufrirás sobrecargas continuas y todo ello desembocará en lesion.
No corre más rápido quien entrena más rápido, lo hace quien entrena mejor.
Entonces, ¿cómo conseguir correr más rápido sin caer en este error?
Evitar caer en este error es muy sencillo si tomas plena consciencia de lo que estás haciendo en cada momento.
Si tu entrenador te dice que el rodaje lo hagas a un ritmo determinado lo tienes que cumplir, independientemente de que a ti te gustaría ir más rápido.
La planificación está para cumplirla, especialmente si te pones en manos de un entrenador de atletismo, por lo que de nada servirá ir pasado de ritmo en todos los entrenamientos.
Cuando toca correr rápido se hace, pero cuando los ritmos son lentos también se debe cumplir.
Es posible que pienses que no pasa nada por correr demasiado rápido, o incluso que es beneficios porque, ¿cómo vas a correr rápido si no siempre entrenas rápido?
Muy fácil, lo harás pensando a largo plazo y teniendo una planificación bien estructurada. Las prisas en este deporte no son buenas compañeras.