A nadie le gusta perder, es algo que todos debemos reconocer. Podemos aceptar mejor o peor una derrota, pero está claro que una victoria sienta mucho mejor. El significado de victoria no hay que buscarlo en una medalla o en conseguir un primer puesto como lo hacen los profesionales, es algo más profundo que hay que buscarlo dentro nuestro, una victoria corriendo no es otra cosa que superarse día tras día.
A veces pensamos que somos los elegidos para conseguir eso que ansiamos, pero llega el día y el destino se ríe de nosotros y tuerce nuestras expectativas. Es ese momento en el que llevas la vista atrás y te das cuenta que el sacrificio que has hecho no se ha visto recompensado. Piensas que esto es lo peor y sientes una increíble frustración ¿De verdad una derrota es algo tan malo?
El por qué de una derrota corriendo
Yo parto de la idea de que en la gran mayoría de casos que no conseguimos corriendo lo que queremos son por dos razones:
- Metas demasiado altas.
- No hemos trabajado lo suficiente.
Creo que con esfuerzo y sacrificio se pueden conseguir buenos tiempo en competición. No estoy hablando de bajar de 30 minutos en los 10000 metros, pero si acercarnos fácilmente a 36 o 37 y dependiendo de los casos incluso menos.
Si yo, que estoy saliendo de una lesión de más de medio año, me propongo hacer 37 en los próximos 10 kilómetros lo único que voy a ganar va a ser una lesión y frustrarme mucho. Las metas que nos fijemos tienen que ser acordes a nuestro nivel actual, no al potencial o al que deseemos. Solo así conseguiremos acercarnos poco a poco a nuestra meta.
Si me propongo bajar a esos 37 minutos y un día llueve y no entreno, otro tengo sueño y me quedo en la cama y solo me dedico a correr sin mejorar mi potencia significa que no estoy enfocado a mi objetivo, ya que no estoy trabajando lo suficiente. Nadie va a bajar del cielo a regalarme ese tiempo, como todos sabéis las marcas hay que sudarlas en el entrenamiento.
Es cierto que pueden haber circunstancias que no podemos controlar que influyen en nuestro rendimiento ( una gripe, una mala semana de trabajo, etc) pero si nos mantenemos enfocados en nuestros objetivos y trabajamos duro su influencia no será tan elevada.
Hay personas que trabajan en una fábrica y tienen esos tiempos que antes he hablado ¿Cual es la diferencia entre ellos y los demás? Puede influir la genética, pero también el sacrificio que tienen interiorizado.
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Las enseñanzas de una derrota corriendo
A pesar de que consideramos, por regla general, una derrota como algo catastrófico hemos de pensar en lo que podemos sacar de ello:
- Nos aporta (por no decir impone) humildad. Nos baja de la nube donde estábamos tan cómodos y nos hace ver la realidad, no estábamos preparados para el reto que nos habíamos fijado y nos hace aceptarlo.
- Nos empuja a esforzarnos más. Si reflexionamos sobre lo que hemos hecho mal y corregimos esos errores, nos aseguraremos de que no volveremos a tropezar con la misma piedra.
- Vamos a aprender. Aprenderemos a regularnos más en nuestra próxima carrera, a cómo mejorar nuestra técnica de carrera, etc.
- Nos enseña a ser pacientes. Quizás no estábamos preparados aún para esa competición pero por orgullo lo hicimos. Seguro que la próxima vez nos tomamos las cosas con más calma
Mi mayor derrota
Mi mayor derrota corriendo ha sido correr un maratón cuando creía que podía hacerlo.
Estaba preparado para terminarlo, de eso estaba convencido. Pero si hubiera esperado un año más la marca habría sido más cómoda, con mejores sensaciones y probablemente sin esta lesión que arrastro a día de hoy.
La impaciencia y una meta muy alta hizo que me retirará lesionado ese día.
Salí derrotado, es cierto, pero todo lo que aprendí después de esta tiene sabor a victoria.