Existen diferencias entre correr en cinta o al aire libre que pueden condicionar a que un corredor o corredora prefiera salir a correr en la calle incluso con malas condiciones climatológicas.
Correr en cinta puede ser cómodo, sencillo y práctico, pero para nada equivale a correr al aire libre. En determinados momentos te puede salvar un entrenamiento que de otra manera no podrías hacer, pero si quieres competir en asfalto tus visitas a la cinta de correr deben ser puntuales.
¿Cuáles son las diferencias entre correr en cinta o al aire libre?
Las diferencias entre correr en cinta o al aire libre son notables, empezando porque no se corre de la misma manera en una cinta que en el exterior.
Un trabajo muscular diferente
Por las características de la cinta (una maquina que mueve el tapiz de manera automática) el movimiento de impulso propio de la carrera a pie pierde importancia, ya que es la propia cinta la que te ayuda a continuar corriendo. Esto provoca que los músculos implicados en impulsar para adelante, como son los isquiotibales o el glúteo, no trabajen de igual manera.
De hecho muchos corredores y corredoras de cinta no corren, simplemente saltan hacia arriba y no se desplazan hacia adelante.
Los riesgos de correr en cinta son evidentes en este aspecto. Si el uso que le das a la musculatura es menor que al correr por asfalto, cuando intentes competir en el exterior tus piernas no estarán preparadas para aguantar el cambio, por lo que se cansarán mucho antes.
Esta es una de las diferencias entre correr en cinta o al aire libre muy importante.
Diferente grado de concentración
Aunque esto es un poco subjetivo y cada persona lo verá de una manera, creo que no hay nada más monótono que correr en una cinta. En mi caso me siento como un hámster en su rueda.
Pienso que el estar recluído en un espacio cerrado y corriendo en una cinta hace que la mente pierda la concentración, pues en este caso se trata de repetir el movimiento de manera contínua sin ningún otro estímulo que ver pasar los minutos en la cinta.
Esto tiene como consecuencia que no esté tan focalizado en el entrenamiento y que hayan aspectos que se escapen de mi control. La monotonía de correr en cinta hace que en ocasiones me olvide de centrarme en mi postura al correr, algo determinante si quiero correr más rápido.
Mayor riesgo de lesión
Esta es una de las diferencia entre correr en cinta y hacerlo al aire libre más remarcables.
Aunque no lo creas, hay riesgos al correr en la cinta, como el de terminar lesionado por los impactos y la repetición del movimiento.
Cuando estamos corriendo en la cinta no nos damos cuenta, pero nuestra técnica se modifica. Resulta muy difícil mantener una zancada fluida y amplía y se tiende a recortar la misma. Esto, aumentar la frecuencia, no es perjudicial por si mismo, pero si que sucede que la postura corporal se suele modificar, porque nos guste o no correr en cinta no es natural.
Pensar que al correr en cinta te estás librando del impacto no corresponde con la realidad. De hecho el impacto de la cinta de correr provoca daños en tus articulaciones.
Por último, al trabajar la musculatura de manera diferente, con un trabajo menor de la musculatura que impulsa hacia adelante, se producen sobrecargas que pueden afectar a las lumbares y a la zona de las caderas.