Yo nací en el año 1990 y desde que era pequeño tengo una imagen grabada en mi cabeza: mi padre cruzando la linea de meta. En ese entonces poco podría imaginar yo de lo que se trataba y que yo acabaría enganchado a este deporte de la misma manera que se enganchó él. Tener un padre corredor ha sido un ejemplo a seguir para mi y ha hecho que pelee cada día por intentar conseguir sus marcas.
Carta a un padre corredor
No se cuántos años tendría (pero seguro que era muy pequeño) cuando encontré uno de los muchos trofeos por casa. Con esa edad no entendía lo que significaba todo esto. ¿Por qué cada domingo había que ir a verte correr por las calles?¿Y por qué en muchas ocasiones acababas llevándote trofeos?
Hoy lo entiendo y es porque eras increíblemente rápido. No, no vivías de esto pero conseguías subir al podio en muchas ocasiones y con tiempos que más de uno quisiera conseguir hoy en día.
Después de volver de trabajar te lanzabas a devorar kilómetros pensando en tu próxima competición y en hacerlo lo mejor posible, y así sucedía en muchas ocasiones. Eso era tener un padre corredor.
Tu pasión por el atletismo te llevó a apuntarme a un club para que practicara este deporte. No cuajó y lo terminé dejando al poco tiempo, desde que lo dejé hasta que volví a correr pasó más de una década pero al final lo conseguiste: me volví a calzar unas zapatillas para correr.
[Tweet «Carta a un padre corredor que ha servido de ejemplo»]
Yo iba creciendo, bajando de peso, poniéndome en forma y mejorando las marcas. A ti te pasaba al contrario, a más mayor te hacías tus tiempo iban empeorando. ¡Los años no perdonan a nadie!
A pesar de esto no fue hasta que llevaba ya un par de años corriendo nuevamente cuando me igualé a tus tiempos y podíamos salir a competir en igualdad de condiciones. Pero esa igualdad de condiciones era irreal, yo tenía 23 y tu 40 años más, así que seguías por delante mio.
Hoy con 66 años sigues corriendo como antes, y aunque los ritmos de 3:20 están guardados en un baúl de recuerdos aún sorprendes a más de un joven terminando en 20 minutos una carrera de 5 kilómetros. Ya no me cuesta seguir tu ritmo, ya termino por delante tuyo en las carreras, pero todavía hay algo que te hace estar por delante mio: ¡los 40 años de diferencia!
No es fácil mantener este nivel con esa edad y aunque hoy esté por delante tuyo en cuanto velocidad, aún me queda mucho por conseguir los mismos tiempos que tu a mi edad y es algo por lo que voy a pelear.
Fuente foto: JJVico