Los corredores estamos orgullosos de lo que somos y no hay día en que no pensemos lo bien que nos va la vida desde que somos corredores. Hemos ganado en salud, en fuerza y en voluntad. Creemos que todo es posible y muchas veces nos pasamos de la raya con la motivación. Desde nuestro punto de vista ser corredor es lo más cercano a la perfección, tanto lo crees que te preguntas: ¿Quien no quiere una pareja corredora en su vida?
Si a ti, que no corres, te hemos engañado haciendote creer que la vida es fántastica al lado de un corredor, aún estás a tiempo de pensar si esto es verdad y no cometer un error que te pueda perseguir (además durante muchos kilómetros sin cansarse) durante toda tu vida.
Las razones por las que tener una pareja corredora es mal negocio
No, no voy a tirar piedras en el tejado de ningún corredor, ni tampoco es un completo para que todos los corredores se queden sin pareja. Lo que viene a continuación es la realidad, aunque nos cuesta asumirlo.
Razón Nº1: el 90% de las conversaciones giran en torno a correr
Si esperas que tu pareja corredora no hable del deporte que practica, de que quiere bajar 40 en los 10 kilómetros o de que tiene molestias en el tibial anterior causado por un exceso de pronación, unas zapatillas desgastadas y la terrible mala suerte (ya me dirás que te importa a ti), acabas de cometer un error garrafal.
No importa que le cambies de tema, el corredor sabe el camino más adecuado para volver a su tema principal, y si no habla del Maratón de Londres, hablará de cuando se batirá el récord del mundo del maratón y sino siempre puede comentar la envidia (sana) que siente porque Juan sea un crack corriendo.
Razón Nº2: no habrán domingos de descanso
Cuando Dios creó el mundo tomó el domingo como día de descanso, pero añadió una clausula que permitia a todos los corredores, runners y otros seres del mismo tipo despertar a toda la familia a las 8 de la mañana para ir a entrenar.
Cuando tu aún estés en la cama él estará ya almorzando, puesto que ha desayunado a las 6:15 , y tendrá toda la energía del mundo para hacer ruido en la casa. Mirarás el despertador y serán solo las 8.
¡Solo te puedo desear buena suerte!.
Razón Nº3: harás turismo maratoniano
Y no me refiero a grandes caminatas sin descanso, sino que sin saber como acabarás acompañandolo al Maratón de Berlín o de París para tan solo verlo 2 minutos en el kilómetro 30 completamente destrozado pero feliz. Eso si, 1 hora después lo verás aparecer como si de una película épica se tratara cruzando la línea de meta, entre sudor y lágrimas. Nada de esto tiene sentido para ti, pero ya sabías a lo que te exponías.
[Tweet «No te busques una pareja corredora, no te traerá nada bueno»]
Después de esto se acabaron las vacaciones. ¿Como va a poder andar después de correr 42 kilómetros?
Razón Nº4: te intentará liar para que entrenéis juntos
Esto es una realidad que los corredores deberían admitir y sentirse culpables. De manera indirecta te tanteará para que pruebes unos kilómetros con él, para poco a poco ir lavándote el cerebro y que acabes pensando de la misma manera que él lo hace.
Primero serán unos rodajes cortos que darán paso a unas series y terminarás compitiendo en cualquier carrera que se te ponga por delante.
Antes de que te des estarás calculando la distancia que te separa de casa de tus padres en kilómetros y cuanto te llevaría llegar hasta allí a un ritmo de 5 min/kilómetro.
Llegados a este punto no hay vuelta atrás, tu pareja corredora ha conseguido su objetivo. Y tú, has entrado en el grupo.
¡Bienvenida y que tengas muchos kilómetros por delante!