Así de claro, la confianza se gana en los entrenamientos y no en el momento de competir. Ya lo dijo Haile Gebrselassie en el programa Informe Robinson: la confianza para correr viene de los entrenamientos.
Y yo añadiría que aún teniendo buena forma si los entrenamientos no van bien, es posible que en tu próxima competición te quedes con mal sabor de boca.
La confianza se gana en los entrenamientos y esta es la razón
Quien no corre puede entender la razón por la que la confianza se gana en los entrenamientos pero no puede sentirla como lo hacemos los corredores. En el entrenamiento es donde se forja todo.
Son en las series donde trabajas la velocidad pero también la capacidad de aguantar a ritmos altos y sufrir. En los cambios de ritmo aprendes a dejar a grupo atrás en el momento clave de la carrera y con los rodajes largo condiciones a tu cuerpo a resistir los kilómetros.
¿Pero que pasa cuando en las últimas series te hundes?¿O cuándo ves que eres incapaz de cambiar el ritmo en el entrenamiento?
Es un duro golpe para ti, no porque dejes de hacer el entrenamiento de la manera que tocaba, sino porque algo en ti se rompe: tu confianza.
La confianza se gana en los entrenamientos pero también se pierde en estos. Una mala sensación entrenando se puede traducir en una falta de confianza a la hora de competir.
Por ello es importante también aprender a gestionar la confianza que tienes en ti mismo como corredor. De las siguientes maneras lo conseguirás:
1.No lo reduzcas todo a un día.
Es normal encontrarte que hay días en los que los entrenamientos son un desastre, y es que como corredor popular tienes que compaginar el trabajo con el entrenamiento, y eso no beneficia a nadie. Además si los entrenamientos malos se dan en la pretemporada es totalmente aceptable, ya que es en este punto donde sientas las bases del resto de la temporada.
2.Recuerdas tus mejores entrenamientos o carreras
Si en el entrenamiento o competición de hace 2 semanas lograste lo que creías imposible, ¿qué importa tener un día malo?
Cuando un entrenamiento o una carrera no salga como esperabas no es momento de rendirse y caer en el pesimismo. Lo que tienes que hacer es recordar todos los entrenamientos y competiciones anteriores que has hecho y la sensación que has tenido durante estos.
[Tweet «¡Es aquí donde ganas la confianza para correr!»]
Cuando seas derrotado mantente optimista y aprieta los dientes. Una mala competición no significa nada y tú eres el responsable de cambiarlo.
3. No pierdas la motivación
Cuando lo das todo y el resultado es un desastre tu motivación puede caer en picado. Es cierto que la confianza se gana en los entrenamientos, pero una mala competición la puede tirar por el suelo. Por ello es importante fijarte metas realistas e ir avanzando poco a poco hacia ellas y si algún paso es incorrecto tocará retroceder para encontrar de nuevo el camino.
La motivación nunca la tienes que perder por muy cuesta arriba que se ponga la situación, recuerda todo lo que has peleado para llegar a este momento.