Correr, o el running, es un deporte muy popular que cada vez más gana adeptos. Es una manera rápida de perder peso y tiene grandes beneficios a nivel cardiovascular, pero está rodeado de mitos que deberías conocer para así ni hacerles caso. Aquí encontrarás los mitos sobre correr y porque no deberías creértelos.
¿Cuáles son los mayores mitos sobre correr?
Hay muchos mitos sobre correr que deberías conocer y es que dan una imagen negativa del running.
Correr es lesivo para tus rodillas
Este mito sobre el running está muy extendido y es una de las causas que están detrás de que el running esté mal visto como deporte, en lo que a lesiones se refiere.
La realidad es que correr no daña tus articulaciones, de hecho es beneficioso para tus huesos, más bien lo que producen lesiones al correr son la mala técnica de carrera, unas zapatillas inadecuadas o un exceso de entrenamiento.
Cuando escuches este mito sobre correr, recuerda que son muchos los corredores y corredoras que entrenan durante años sin sufrir ni una sola lesión, y eso no es por suerte, si no porque saben de que manera entrenar sin riesgos.
Corriendo perderás peso
Otro mito sobre running es que corriendo perderás automáticamente peso. Es cierto que es uno de los deportes con el que quemas más calorías, pero no significa que si corres vayas a perder peso sin ningún otro esfuerzo.
Podrás correr una hora al día y no perder ni un solo gramo de peso, incluso aumentar de peso, ya que si no cuidas tu dieta todas las calorías que quemes corriendo las volverás a obtener con la comida.
Correr lo puede hacer cualquier y sin planificación
Si oyes a alguien que te dice que correr lo puede hacer cualquiera debes saber que esta completamente equivocado. No, no todo el mundo puede correr.
Correr no es un deporte fácil ni sencillo, ni mucho menos consiste en poner un pie delante del otro y avanzar. Es un deporte muy técnico, donde importa tanto lo que entrenas como la manera en la que lo haces.
Además, ¿piensas que sin conocimientos puedes empezar a correr con éxito? La verdad es que si existe la figura del entrenador es por algo, ya que se necesita mucha experiencia y práctica para poder planificar un entrenamiento correctamente.
Si nunca has corrido, lo mejor es que te pongas en manos de un profesional antes que empezar por tu propio pie y sin saber como planificar las semanas de entrenamiento.
Correr un maratón es lo mas
Este es uno de los mitos para correr que más me gustan, pues va ligado a una falta de conocimiento de este deporte.
Cuando veo a personas jovenes, sanas y sin ningún tipo de impedimento correr un maratón en más de 6 horas no puedo hacer otra cosa que escandalizarme, porque se han dejado llevar por la moda de que correr un maratón es lo más dentro del running, cuando hacerlo en ese tiempo no es más que una imprudencia.
No es mejor corredor quien termina un maratón, de hecho eso es muy subjetivo. Lo importante, especialmente para no quemarte ni lesionarte, es que vayas evolucionando poco a poco, empezando por pruebas más cortas y si te apetece, pues no forma parte de ninguna evolución natural, correr un maratón.
A más corra más rápido seré
Muy extendido está el mito sobre correr de que el rendimiento corriendo tiene una relación proporcional con los kilómetros que corres.
Es cierto que necesitas un mínimo de volumen para poder ir mejorando tus marcas, pero no por correr 150 kilómetros a la semana vas a correr más rápido si tu cuerpo es incapaz de asimilar el entrenamiento. Lo que ocurrirá si empiezas a aumentar los kilómetros es que entrarás en un estado de sobreentrenamiento, con la consecuencia que a pesar de correr muchos kilómetros, tu rendimiento caerá en picado.
El descanso te hace perder forma física
Todos los deportistas descansan con la intención de recuperarse del esfuerzo y mejorar, así que este mito no tienen ningún sentido. Ni la elite del atletismo entrena los 365 días del año.
Lo ideal es que descanses entre 1 o 2 días a la semana e intercales días de entrenamiento fuertes con otros más suaves.
Además, a final de la temporada no está de más que guardes 1 o 2 semanas de descanso activo, ya sea saliendo a rodar unos pocos días 20 o 30 minutos o cambiando de deporte para desconectar.