Has escuchado millones de veces que los músculos reflejan lo bien que ha ido el entrenamiento. Esa afirmación te asegura que si eres incapaz de moverte mejor que un robot de cartón debido al dolor muscular y a la fatiga, es que has hecho el mejor entrenamiento de la temporada. La fatiga muscular después de correr no siempre se puede evitar, pero esto no significa que el entrenamiento haya sido perfecto, puede ser la señal inequívoca de que tu plan de entrenamiento está terriblemente desestructurado.
Lo voy a reconocer, a mi me encanta sentir fatiga muscular después de correr en un entrenamiento intenso o en una competición, pero nunca me gusta que esta sensación me aparezca después de cada entrenamiento, que al día siguiente no pueda ni levantarme de la cama, o lo que es peor, que me dure durante días.
Si he corrido un maratón puedo aceptar (y tampoco me queda otra) que esté más de una semana muy fatigado, pero si la fatiga aparece tras terminar una semana de entrenamiento típica las preocupaciones comienzan a aparecer.
¿Por qué la fatiga muscular después de correr nunca tiene que ser excesiva?
Imagínate que después de un rodaje tranquilo de 50 minutos te encuentras tan cansado muscularmente que solo puedes tumbarte en el sofá a descansar y pasar el día. ¿Crees que es normal que esto ocurra?
[Tweet «¡No dejes que la fatiga muscular se apodere de ti!»]
Puedes pensar que la fatiga después de correr esos 50 minutos tiene que ver con el entrenamiento que acabas de realizar, pero a ese estado de fatiga se llega de la misma manera que se desborda un vaso de agua: gota a gota. El entrenamiento que has hecho de 50 minutos es simplemente una gota más en un vaso que apenas puede mantener el agua que tiene dentro, cada entrenamiento en el que te excedes es un gota más que cae dentro de él y si no le das descanso tarde o temprano todo se desbordará.
Cuando aparece la fatiga muscular después de correr en un entrenamiento ligero es cuando deben saltar las alarmas (mucho más que si aparecen el día de series), ya que este tipo de entrenamiento nunca debería causar ninguna molestia ni fatiga muscular posterior. Esta señal la manda tu cuerpo para que te regules en tus entrenamientos posteriores, ya que estás sometiendo a los músculos a un entrenamiento que no están asimilando y lo que estás consiguiendo es perjudicarlos.
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Hacer oídos sordos a este mensaje que te manda el cuerpo solo te ocasionará problemas a medio plazo, puesto que aparecerá el sobreentrenamiento y las temidas lesiones. Entrarás en un círculo donde no serás capaz de conseguir tu mejor rendimiento porque cada 2 o 3 semanas tendrás que parar o bajar el volumen de entrenamiento.
Para evitar la fatiga muscular después de correr tan solo es necesario que regules bien tus entrenamientos, te planifiques correctamente la temporada y que nunca dejes de escuchar a tu cuerpo.