Se lo que es pinchar en un maratón y no me arrepiento de haberlo hecho

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Correr un maratón es algo emocionante, es una sensación casi mágica el cruzar la línea de meta después de recorrer tal cantidad de kilómetros. Es un sentimiento irrepetible. Cómo lado opuesto está el pinchar en un maratón, que también es emocionante, porque no sabes en qué momento morirás o se te partirán las piernas de tanto esfuerzo.

Pinchar en un maratón se tiene que vivir (igualito que terminar un maratón)para saber lo que es. No estoy loco al escribir esto, sino que creo que un pinchazo en esta prueba es un gran aprendizaje que en algún momento de la vida agradecerás.

Pinchar en un maratón te enseña esto

¿Crees que de este tipo de situación puedes sacar algo bueno?

Seguramente en el momento que toda tu energía desaparece en el kilómetro 30 lo único que sientes es rabia e impotencia por lo sucedido. Si solo con la furia pudieras terminar ese maratón podría temblar hasta Kipchoge. Pero no ha sido así, por una lesión, una mala gestión del ritmo de carrera o una mala preparación te vuelves a casa con una derrota a tus espaldas: el maratón te ha puesto en el sitio que te mereces.

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Si acabas de pinchar en un maratón puede ser duro leer que te lo mereces pero lo cierto es que es así. La situación que te ha llevado a no terminar el maratón seguramente te la has causado tú.

Probablemente llegabas sobreentrenado o con una mala preparación, te dolía el tobillo izquierdo o te pensabas que era el circuito de Monza y que bajar de las 2 horas era tu objetivo.

pinchar en un maratón

Independientemente de lo que te haya llevado a pinchar en un maratón, el hecho es que para ti se ha acabado esa prueba y no has cruzado la línea de meta o lo has hecho con un tiempo digno de un veterano de 80 años.

Pero pinchar en un maratón es una experiencia de la que se puede aprender. De esa desagradable situación llegarás a la conclusión que:

  1. Para conseguir terminar un maratón no solo hace falta la mente: te has dado cuenta que tus músculos no aguantaban más a pesar de que en tu cerebro cruzabas la línea de meta con una inmensa felicidad. Decir que se corre con la mente es muy bonito, pero poco práctico. Si el motor no funciona da igual donde quieras llegar.
  2. Es necesario entrenar duro y meter kilómetros: el que corre un maratón entrenando 30 kilómetros semanales o es un fuera de serie o el único maratón que ha visto es ese de su serie favorita. Para no pinchar en un maratón es necesario tragar muchos kilómetros sin quejarse.
  3. Planificarse el maratón es necesario: no sirve pensar que irás improvisando a medida que vayas encontrando problemas. Si quieres superar esta prueba tienes que controlar diferentes factores, como el ritmo, la hidratación, la alimentación,etc. Dejarlo en manos de la suerte te llevará a la desgracia.
  4. Es una prueba que se tiene que tomar enserio: hoy cualquiera corre un maratón y por eso cada vez es más común que la gente pinche en esta prueba. Que cualquiera corra un maratón no significa que los que lo hacen están debidamente preparados. Un maratón es una prueba muy seria y puede convertirse en peligrosa si se le pierde el respeto.
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He pinchado en un maratón y no me arrepiento

Ahora te voy a contar mi historia personal sobre pinchar en un  maratón. Era 15 de noviembre de 2015 y me encontraba en la ciudad de Valencia con ganas de correr el que sería mi segundo maratón. Había llegado a la línea de salida haciendo acrobacias con una molestia en el tibial anterior, pero tenía que correrlo si o si. Eso era lo que pensaba entonces, y ese día aprendí que estaba completamente equivocado.

[Tweet «Un pinchazo en el maratón es una gran enseñanza»]

Al forzar el cuerpo lo único que conseguí fue retirarme en el kilómetro 30 con una lesión en el tibial anterior que me condicionaría y me afectaría durante meses. No había llegado en condiciones a la salida y me tendría que haber planteado no correrla, pero las ganas de hacerla me pudo.

Hoy en día no me arrepiento de haber pinchado en un maratón, y a pesar de los terribles meses que viví después de esta competición debido a la lesión aprendí mucho más de lo que me arrebató esa lesión. Aprendí a tener paciencia y a no querer acortar los plazos, a prepararme debidamente antes de enfrentarme a tan dura distancia y a nunca rendirme por difícil que se pongan.

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