«Para correr rápido hay que entrenar rápido». Esta es una máxima en el atletismo, y con las series cortas de 300 y 200 metros llegas a ser consciente de lo real que es esa afirmación.
Esta semana, como cada martes, era el día en que el grupo de entrenamiento nos reuníamos en las pistas de la Mar Bella para el entrenamiento de series. En este caso, y con el objetivo de los 1500 metros en pista cubierta cerca, era necesario dar al cuerpo su dosis de ácido láctico. En mi caso fue más una sobredosis de lactato.
A diferencia del entrenamiento de series medias, era consciente de que me tocaría sufrir, pero también sabía que 4 series de 300 y 4 series de 200 no me desgastarían mentalmente como si hicieron las de 600 metros.
Mi experiencia con las series cortas de 300 y 200 metros
El entrenamiento consistía en un primer bloque de 4 series de 300 metros con 2 minutos de recuperación entre ellas, y un segundo bloque de 4 series de 200 metros. Entre estos dos bloque el descanso era de 5 minutos.
Cuando escuché que el descanso era de 2 minutos no sabía si alegrarme o preocuparme, pues como sabrás más minutos de descanso entre series es sinónimo de ritmos más rápidos en las series.
Después de la movilidad articular, el rodaje y los ejercicios de técnica con conos me cambié las zapatillas mixtas por unas zapatillas voladoras que fueran capaces de rascar algunas décimas de segundo al crono.
Con un buen humor todo el grupo comenzó con las series y por suerte este se mantuvo hasta el final.
Salimos desde los 300 metros, y desde un principio traté de mantener una buena postura corporal y bracear con potencia para mantener la cadencia. No voy a decir que el primer 300 fuera fácil, pero me resultó más sencillo de lo que mi mente imaginó.
Con cada serie de 300 el ritmo aumentaba y el dolor de piernas pasó de aparecer en los últimos 20 metros a hacerlo cuando llevaba recorrida la mitad de la serie.
[Tweet «¡Tienes que vivir este tipo de entrenamiento!»]
Las piernas pesaban, pero la cabeza se mantenía fuerte. A medida que los metros caían tenía que poner un mayor ímpetu en mantener el movimiento de los brazos continuo y con una gran potencia. Era la única manera de no quedarme atrás.
Sin darme cuenta se terminaron las series de 300 metros y llegó el primer premio: 5 minutos de merecido descanso. Estos no se extendieron mucho y hubo que volver al trabajo.
Unas series cortas de 200 metros significan lo mismo que decir «voy a ir con el cuchillo entre los dientes». No estoy bromeando, para mi que no estoy acostumbrado a esas distancia suponen una experiencia increíble, pero también dura.
Destaco de las series cortas de 300 y 200 metros la expolsividad de estas, que te provocan que tengas que correr con todo tu cuerpo, y eso al día siguiente lo pagas con molestias. Por mi parte tengo la musculatura fatigada (brazos y hombros incluidos) por el trabajo constante para avanzar en la pista.
Así quedaron los resultados de las series cortas de 300 y 400 metros:
300 metros
0:55 – 0:53 – 0:52 – 0:52
200 metros
0:33 – 0:32 – 0:32 – 0:33